La reina Isabel II (94 años), como máxima responsable del palacio de Buckingham y de la familia real británica, ha roto su silencio. Casi 48 horas después de la incendiaria entrevista que los duques de Sussex, el príncipe Harry (36) y Meghan Markle (39), han concedido a la periodista Oprah Winfrey (69), la institución ha emitido un comunicado oficial donde aclaran algunos de los puntos más polémicos.
Un documento prácticamente exigido por los medios de comunicación del Reino Unido y también por la opinión pública. La casa real británica, se admite desde el escrito, está "entristecida" tras conocer el sufrimiento de los duques de Sussex, Harry de Inglaterra y Meghan Markle, y ha reconocido que los problemas que estos expusieron en su entrevista en la televisión estadounidense son "preocupantes, especialmente el del racismo".
El comunicado dice así: "Toda la familia está entristecida al conocer el alcance total de cuán difíciles han sido los últimos años para Harry y Meghan. Las cuestiones planteadas, especialmente la racial, son preocupantes. Si bien algunos recuerdos pueden variar, (estos problemas) van a ser tomados muy en serio y la familia se ocupará de ellos en privado. Harry, Meghan y Archie siempre serán miembros muy queridos de la familia".
Estas han sido las palabras con las que la reina Isabel II ha querido responder a las durísimas palabras que su nieto y la esposa de éste pronunciaron ante 11,3 millones de espectadores en una entrevista histórica y que ya ha sido calificada como "la mayor crisis en el palacio de Buckingham en los últimos 85 años".
Cabe recordar que tanto el príncipe Harry como su esposa, Meghan, admitieron que ni la reina Isabel ni el esposo de ésta, el duque Felipe de Edimburgo (99), habían sido responsables de los comentarios sobre la "preocupación" del color de la piel de Archie (1) mientras la duquesa de Sussex aún estaba embarazada de él.
Ahora todas las miradas, y así lo han llegado a comentar periodistas especializados en la familia real en el Reino Unido, están posadas sobre el príncipe Carlos (72), con quien Harry confesó no mantener ahora una relación demasiado fluida. Incluso hizo una revelación personal: durante un tiempo no demasiado lejano su padre no respondía a sus llamadas de teléfono.
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