Meghan Markle (39 años) y el príncipe Harry (36) se encuentran inmersos en los preparativos de la llegada de su hija. Su segunda experiencia con la maternidad y paternidad, respectivamente, después del nacimiento, el 6 de mayo de 2019, de su primogénito, Archie. Pero esta vez quieren que la llegada al mundo del bebé sea en su propia casa.
Así lo ha manifestado una fuente cercana al matrimonio a Page Six, explicando cómo hace dos años ya les rondó la idea por la cabeza, pero sus intenciones se vieron truncadas por las recomendaciones médicas: "Meghan ya planeaba dar a luz en Frogmore Cottage cuando estaba embarazada de Archie, pero al final sus médicos le recomendaron que acudiera al hospital privado de Portland, en Londres, para dar a luz".
En esta ocasión, Meghan desea que la niña nazca en la mansión que tienen en Montecito, en California. Además de que así podría cumplir su sueño, se evitarían filtraciones sobre el nacimiento antes de que ellos realizasen el anuncio oficial. Un detalle muy importante dado que uno de los motivos que les llevaron a alejarse de Inglaterra y de la familia real británica fue, precisamente, la guerra abierta con la prensa nacional -con algunos medios aún libran batalla en los juzgados-.
El mismo medio que ha recogido ese testimonio explica cómo, además, la duquesa de Sussex quiere que el parto sea asistido por un equipo médico compuesto únicamente por mujeres. A pocas semanas de la llegada de su pequeña, tiene las cosas claras y se sumaría a la lista de famosas que, recientemente, han alumbrado en su casa. Entre ellas, una nieta de la reina Isabel II (94), aunque es cierto que en su caso fue accidental.
Hace tan solo unos días, Zara Tindall (39), hija de la princesa Ana (70), daba a luz a su tercer hijo, Lucas, en el cuarto de baño de su casa. No le dio tiempo a llegar al hospital y, de manera involuntaria, recuperaba lo que antaño fue una tradición dentro de la corona inglesa.
Aborto y nuevo embarazo
El pasado mes de noviembre, mediante una carta abierta publicada en The New York Times, Meghan revelaba que había sufrido un aborto. "Me caí al suelo con él en brazos, tarareando una nana para calmarnos; la alegre melodía era un severo contraste con mi sensación de que algo no iba bien. Supe, mientras abrazaba a mi primer hijo, que estaba perdiendo al segundo", se podía leer en esas líneas desgarradoras que dieron la vuelta al mundo.
Tres meses más tarde, el 14 de febrero, la noticia que ofrecía junto a su marido era muy distinta: estaban esperando su segundo hijo que, semanas después, detallaron que será una niña. "Podemos confirmar que Archie va a ser hermano mayor. El duque y la duquesa de Sussex están muy emocionados de estar esperando a su segundo hijo", era el puñado de palabras que acompañaba a una foto en blanco y negro de la pareja, tirados en el césped y con ella tocándose la tripa.
[Más información: Meghan Markle 'copia' el gesto más criticado de Letizia: el detalle de la entrevista que nadie vio]