En los años 80, Madonna (62 años) era la Beyoncé (39) del momento. La cantante llenaba estadios enteros con sus conciertos, sus discos se vendían como churros y hasta protagonizaba películas que eran éxitos de taquilla. Uno de estos largometrajes que hizo la artista como actriz fue la famosa ¿Quién es esa chica?, filme que acompañó con una canción que nada más salir se puso en el número uno de las listas.
Pues cuando esta mañana hemos visto aparecer a Letizia (48) en su acto de hoy, ese tema ha venido a mi cabeza, porque su look me ha hecho pensar en ¿quién es esa mujer?, desde luego una Reina no parece. Supongo que a todo el que le estaba esperando en la calle para ver a la esposa de Felipe VI (53) llegar a la sede de la Asociación Española Contra el Cáncer, ha pensado lo mismo, ¿quién es?.
Siempre lo hemos dicho, hay una finísima línea entre cómo tiene que vestir una Reina y cómo lo hace una mujer de más de cuarenta que va a trabajar. Esa frontera es la que salta Letizia una y otra vez sin terminar de aprender que ella, por mucho que le pese, moleste y duela, no es una mujer trabajadora más. Ella es la representación del Jefe del Estado allá a dónde va, e ir en alpargatas, por muy ideales que sean, a una reunión como Reina, no es una buena idea.
La cita era a primera hora de la mañana en la sede de la Asociación Española Contra el Cáncer. Letizia ha sacado un vestido de su armario, firmado por Adolfo Domínguez. Aunque parece que ella no tiene termómetro, siempre nos sorprende que sea capaz de llevar un diseño en tweed en pleno verano a 40 grados, vamos, que ha tenido que pasar calor.
Se trata de una creación de la firma española con cuello en caja, manga francesa, corte midi y los bajos salvajes. Por supuesto, el vestido iba ceñido con un cinturón finito que le marcaba bien la cintura. Intentando innovar lo ha combinado con unas alpargatas de cuero, con una gran cuña.
Son de Uterqüe y tampoco son nuevas, las tiene desde agosto de 2019 cuando las estrenó en Mallorca para un paseo familiar, para las que sí son apropiadas. El caso es que el vestido de tweed y el calzado no se han llevado nada bien. Pero el remate para que el look fuera una verdadera batalla campal ha llegado con el bolso, en blanco. El accesorio de Furla es ideal, pero no pega nada con el resto del outfit.
Espero que la reunión haya ido mejor que el atuendo que ha decidido lucir para la ocasión. No solo no pegaba, sino que no destacaba nada y es probable que todos los que la esperaban en la calle se hayan hecho la misma pregunta que nosotras: ¿Quién es esa chica?
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