María Teresa Turrión Borrallo (50 años) es el nombre completo de la española que, probablemente, más sabe sobre los duques de Cambridge. María Borrallo, como más ampliamente se conoce a la institutriz madrileña, forma parte del equipo que ayuda al hijo de Carlos de Inglaterra (72) y su esposa con la educación de sus vástagos: George (8), Charlote (6) y Luis (3). Entre todas las normas de Palacio a las que debe amoldarse esta trabajadora, hay una prohibición expresa -y muy llamativa- que tiene que ver con su vocabulario durante su horario laboral.
Se han revelado infinidad de detalles sobre la educación que reciben los jóvenes herederos y en todas esas informaciones se hace hincapié en la intención de sus padres de que los menores crezcan en un entorno donde reine la normalidad, dentro de su privilegiada posición. En este sentido, Kate Middleton (39) y Guillermo de Inglaterra (38) han tratado de proporcionar a sus hijos un clima seguro, para que se desenvuelvan con naturalidad y espontaneidad, según publica The Sun. Dentro de estas pautas los duques de Cambridge también solicitan la importancia de respetar el carácter diferente de cada uno de sus hijos y esto, precisamente, parece ser el origen de la curiosa norma que ha de seguir su niñera.
El príncipe Guillermo y su esposa escogieron a una profesional como María Borrallo para que inculcara esos valores en sus hijos. Según revela el experto real Louis Heren, en declaraciones a Mirror, las institutrices educadas en Norland, el prestigioso centro donde se formó la española, tienen una norma que vela por el respeto a la individualidad de cada persona desde su nacimiento: "La palabra 'niño' está prohibida. Es una señal de respeto por los pequeños como individuos", explica Heren. Por tanto, según este experto, María debe dirigirse a George, Charlotte y Louis, por sus respectivos nombres para comunicarse con ellos.
Kate y Guillermo, según publica The Sun están siguiendo el ejemplo educativo de la familia Middleton, un modelo firme, pero no demasiado estricto y esto, marca una diferencia respecto a otros descendientes reales que han sido educados en la Corona Británica. De hecho, el autor Robert Lacey ha publicado que Guillermo quiso ahorrarle a su hijo mayor la presión que sufrió el en su niñez y no comenzó a instruirle en la función de heredero para la que está llamado hasta que cumplió los siete años. Además, cuando comenzó a explicarle la institución a la que pertenecía, lo hizo a través de cuentos.
Las normas no demasiado rígidas de los duques de Cambridge pueden contrastar con el uniforme de otra época que se le ha visto a María en algunas ocasiones, pero es solo una cuestión estética: "No tiene que ser estricto. El hecho de que las niñeras de Norland usen el uniforme marrón y se vean bastante antiguo no significa que su mensaje sea anticuado. No, es una tontería", clara Heren. Según este experto, la institución promulga el aprendizaje a través del juego, las actividades al aire libre y la interacción con la naturaleza: "Ensuciarse jugando con los niños es una parte clave del espíritu de Norland", recalca el especialista.
Norland College es una elitista institución que forma a niñeras para las familias más exigentes de todo el mundo, pasando por la realeza árabe y llegando a estrellas de Hollywood. María, licenciada en Pedagogía, ingresó en la misma, casi por casualidad. Según confirmó su madre, en declaraciones a El Mundo, emigró provisionalmente a Inglaterra a aprender inglés, como tantos jóvenes, y fue entonces cuando tuvo la oportunidad de acceder a la elitista escuela para especializarse en cuidados infantiles, algo que su propia madre le animó a hacer. En 2014, Kensington Palace anunció que esta madrileña, era la elegida para calmar los llantos del que sería el futuro heredero de la Corona Británica.
En la actualidad no solo cuida del heredero, sino que también lo hace de sus hermanos menores. Debido a su primordial función, se le ha podido ver desenvolviéndose con soltura entre los pequeños en ocasiones tan distinguidas como la boda de los duques de Sussex.
Discreción heredada
La insigne institutriz nació en Madrid, pero al poco de su nacimiento, durante los años 80, sus padres se trasladaron a Palencia. Es curioso que María Borrallo y Luis Turrión antes de casarse vivieron unos años en la Inglaterra, donde ahora su hija ha alcanzado el éxito. Años después, en 1967, la pareja pasó por el altar, en una boda que recogió la prensa de la época. Con su hija ya entre los brazos, se trasladaron a la ciudad castellanoleonesa, donde adquirieron una elegante y amplia vivienda por un millón de pesetas. Allí disfrutaron de un día a día más tranquilo que el que la capital podía ofrecerles.
A pesar de su posición privilegiada gracias al trabajo de Luis como ingeniero de carreteras en el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo, el matrimonio no se relacionaba con la alta sociedad de la ciudad y escogieron una vida de perfil bajo. Un fulminante cáncer acabó con la vida del ingeniero y, desde entonces, la madre de la institutriz imparte clases de inglés a niños con discapacidad en su vivienda.
Cuando se conoció la noticia de que María comenzaría a trabajar para los duques de Cambridge, la madre de la madrileña hizo las maletas. Provisionalmente, volvió a Madrid huyendo del revuelo que una noticia de aquella magnitud en una ciudad como Palencia.
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