Desde que abandonaron sus funciones dentro de la Familia Real británica y se marcharon a Estados Unidos, Meghan Markle (40 años) y el príncipe Harry (36) han protagonizado varios momentos de tensión con la Corona. Por ello, ha sorprendido la última petición que han hecho para acercarse a la reina Isabel II (95).
Según han informado los medios locales, los duques de Sussex han pedido una reunión con la monarca y esperan presentarle a su hija, Lilibet Diana, quien llegó al mundo el pasado 4 de junio. De momento, de acuerdo con la noticia que maneja The Sun, Meghan y Harry no han acordado la fecha, pero sí han manifestado sus intenciones a los asistentes de Isabel II, quienes se quedaron sorprendidos con su mensaje.
"Harry y Meghan han hecho este planteamiento, pero muchos están impactados por su descaro. Es posible que realmente quieran ver a la Reina, pero es impresionante, teniendo en cuenta todo lo que le han hecho pasar este año", ha comentado una fuente al mencionado periódico.
Hasta ahora se desconoce si los duques de Sussex podrán llevar a cabo su plan, ya que el personal de Su Majestad, según ha explicado el digital, todavía no ha respondido a esta petición. Sin embargo, su mensaje podría llegar muy pronto porque "Isabel II quiere mucho a Harry y le encantaría ver a Lilibet y a su hermano, Archie (2)". Así lo ha asegurado la fuente consultada por el periódico.
Un año de conflicto
La tensión entre los Sussex y la Reina británica se acentuó aún más después de que Meghan y Harry concedieran una polémica entrevista a Oprah Winfrey (67), en la que hicieron algunas revelaciones que enfurecieron a Isabel II.
Durante la conversación, Meghan Markle aseguró que en su primer embarazo hubo miembros de la Familia Real británica que le trasladaron al príncipe Harry sus "preocupaciones" por "el color de piel que tendría Archie", dado que ella es mestiza y con raíces afroamericanas. Además, en sus palabras, se les dijo que su primogénito no tendría título, pese a que le correspondería hasta que el príncipe Carlos (72) asuma el trono. Tampoco la protección del palacio de Buckingham.
Sus declaraciones generaron gran debate dentro de la Corona y obligaron a la reina Isabel a pronunciarse públicamente, a través de un comunicado. "Toda la familia está entristecida al conocer el alcance total de cuán difíciles han sido los últimos años para Harry y Meghan. Las cuestiones planteadas, especialmente la racial, son preocupantes. Si bien algunos recuerdos pueden variar, (estos problemas) van a ser tomados muy en serio y la familia se ocupará de ellos en privado. Harry, Meghan y Archie siempre serán miembros muy queridos de la familia", admitió la longeva soberana días después de la polémica entrevista. Por su parte, el príncipe Guillermo (39), muy enfadado, aseguró que los Windsor no son "una familia racista".
A raíz de esta entrevista se han generado otra serie de acontecimientos que han mantenido enfrentados a los duques de Sussex y a la reina Isabel. El más reciente, la actualización de Finding Freedom: Harry, Meghan and the Making of a Modern Royal Family, la biografía de la pareja, que acusa a la monarca de no haber hecho lo suficiente para hacer frente al racismo dentro de la Corona.
Ante esta última información, fuentes cercanas a la realeza informaron a The Sun que "la Reina y la Familia Real dejarán de recibir presiones", ya que ni Isabel II ni los demás miembros activos de La Firma "no tolerarán más los repetidos ataques" por parte de los duques de Sussex. La monarca se ha cansado de las reiteradas declaraciones de la pareja y podría estar preparando una batalla legal en su contra. De acuerdo con el medio británico, Su Majestad pidió a los funcionarios de Palacio contactar con abogados expertos en difamación que la ayuden a hacer frente a esta 'guerra' familiar que parece no tener fin. Se desconoce, sin embargo, si esta idea ha prosperado. Mientras tanto, Harry y Meghan buscan un acercamiento.
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