Si hace unos días los medios de comunicación se hacían eco del primer día de colegio de los pequeños Gabriella (6 años) y Jacques (6), los hijos de la princesa Charlène (42) y Alberto de Mónaco (63), en esta ocasión la protagonista única de la noticia ha sido la joven Gabriella.
Su madre, desde Sudáfrica, donde continúa, ha hecho públicas en sus redes sociales unas fotografías donde sus hijos, acompañados de Carlota Casiraghi (35), Carolina de Mónaco (64) y Mélanie-Antoinette De Massy, prima de los Grimaldi, acuden a la Exposición Canina Internacional de Mónaco.
No obstante, la noticia la ha acaparado el percance que ha sufrido Gabriella de Mónaco. En esta ocasión, la niña no ha sido, como acostumbra, el centro de atención por sus travesuras o divertidas anécdotas, sino porque ha asistido a la cita familiar en silla de ruedas y con la pierna derecha escayolada.
Pese a sus problemas de movilidad -después de lo que se entiende como una caída doméstica sin mayor importancia-, Gabriella, amante de los animales, no ha querido perderse la cita y se lo ha pasado en grande, compartiendo vivencias y confidencias en familia.
Una vez más, su madre no ha podido estar presente, pues continúa su estancia en Sudáfrica por la grave infección otorrinolaringológica que le impide salir de su país natal desde mayo. Tampoco ha asistido su padre, Alberto, en esta ocasión. A pesar de la sonada ausencia, Charlène es una madre entregada, y lo ha vuelto a demostrar estando muy pendiente, desde la distancia, de sus hijos. Prueba de ello son las imágenes que ha compartido en su Instagram.
"Pasando tiempo con su tía, Carolina de Mónaco, y sus primas en la exposición canina anual", ha posteado Charlène junto a varias imágenes de la velada. En su recorrido por el espacio Fontvieille, Gabriella, de la que su familia ha estado muy pendiente, se ha mostrado muy cariñosa con los animales. En un momento dado, no ha podido resistirse y se ha colocado en su regazo dos perritos para verlos y tocarlos de cerca.
Sea como fuere, los pequeños han demostrado su pasión por los animales y la naturaleza, algo que su madre siempre ha procurado transmitirles. Hace unos días, la princesa aseguraba lo que sigue, tras participar en una iniciativa contra la caza furtiva en su país: "He experimentado la angustia de los rinocerontes cuando tenemos que despellejarlos, para que los cazadores furtivos no los maten. Haré cualquier cosa para proteger a los rinocerontes, incluida la recaudación de fondos y la educación de mis hijos sobre la conservación de los rinocerontes".
Los rumores de crisis matrimonial entre Charlène y Alberto no cesan. Esto ha provocado que el príncipe saliese al paso hace unos días para desmentirlos de pleno: "No se fue porque estuviera enfadada conmigo o con cualquier otra persona. Iba a viajar a Sudáfrica para reevaluar el trabajo de su Fundación allí y tomarse un tiempo libre con su hermano y algunos amigos". Sin embargo, son muchas las personas que no se han quedado conformes con su explicación.
El primer día de cole
Como están haciendo tantos niños alrededor del mundo estos días, los pequeños Jacques y Gabriella retomaron este pasado 7 de septiembre sus clases en el colegio monegasco François d'Assise-Nicolas Barré. Sobre las diez de la mañana con los nervios propios del primer día de clase, los pequeños llegaban a la institución educativa. Mientras que la niña caminaba unos pasos por delante, Jacques lo hacía de la mano de su padre, el príncipe Alberto, hasta que alcanzaron las puertas del centro escolar.
Una vez en el centro, Jacques y Gabriella pudieron conocer a su profesora y a sus compañeros con los que han permanecido unos instantes en las instalaciones exteriores del centro. Los hijos de Alberto y Charlène, al igual que sus compañeros, respetaron la indumentaria del centro y vistieron el uniforme pautado por el centro acompañado de la reglamentaria mascarilla.
El atuendo escolar está compuesto por un polo granate y, en el caso del niño, un pantalón negro y zapatillas deportivas blancas. La pequeña combinó la prenda superior con una falda negra y, dado que a su corta edad ha heredado el exquisito gusto por la moda de su abuela Grace, quiso añadir al uniforme dos detalles para hacerlo especial. La hija de Alberto de Mónaco sumó al look una diadema negra con discretas aplicaciones brillantes en el mismo tono y, completó el estilismo con unas divertidas zapatillas metalizadas.
Pese a que Charlène no pudo estar presente, los pequeños tienen constante contacto con su madre y sí que han podido verla recientemente. Ante la imposibilidad de que esta viajara a Mónaco, fueron ellos los que, junto a su padre, viajaron a Sudáfrica el pasado 25 de agosto. "Estoy muy emocionada de tener a mi familia de regreso conmigo", escribía la exnadadora ante tan especial visita.
[Más información: Charlène de Mónaco, ausente en el primer día de colegio de sus hijos, Jacques y Gabriella]