Este sábado, 25 de diciembre, a las tres de la tarde, horario de Reino Unido, se ha emitido en las cadenas principales del país el discurso de la reina Isabel II (95 años). Vestida de rojo, con una fotografía de ella y el duque de Edimburgo a su lado sobre la mesa, la soberana ha agradecido la "calidez y el afecto" que ha recibido en los últimos meses tras la pérdida de su marido.
De forma inédita hasta ahora, el tradicional mensaje navideño de Isabel II este año ha sido el más personal de todos los que ha realizado en su largo reinado. Debido a que se tratan de las primeras fiestas navideñas sin su esposo, la Reina demostró lo que le extraña y así empatizó con las familias que estos meses atrás han perdido a algún ser querido.
"A pesar de que este es un momento de gran felicidad y alegría para muchos, las Navidades pueden ser duras para aquellos que han perdido a alguien querido. Este año, especialmente, entiendo por qué", expresó la jefa de Estado británica. "La vida, desde luego, está hecha tanto de partidas finales como de primeros encuentros", reflexionó.
En sus palabras llenas de emoción ha querido recordar lo mucho que extraña a su "querido" marido y ha revelado que aún recuerda el "brillo travieso e inquisitivo del duque de Edimburgo", que según detalla "fue tan brillante al final como cuando lo vi por primera vez'. Su discurso cobraba más relevancia al ver que lucía en su vestido el broche de zafiro que se puso en su luna de miel en 1947.
En el mismo sentido emotivo, la monarca ha asegurado que hubo "una risa familiar perdida"en su mesa en estas fiestas en alusión ao cuando a su esposo durante 73 años, que falleció el pasado 9 de abril a los 99 años de edad.
Homenaje en primavera
La figura del duque de Edimburgo, tal y como ha expresado la propia Reina en su discurso, sigue muy presente en la familia real británica tras su triste adiós poco antes de cumplir 100 años de vida. Por este motivo, los miembros de la Casa Real tienen previsto celebrar la próxima primavera una ceremonia en la Abadía de Westminster en memoria del marido de la soberana. Así lo ha anunciado esta semana el Palacio de Buckingham.
Los portavoces oficiales de la soberana británica no han confirmado por ahora la lista de invitados para la ceremonia en honor a Felipe de Edimnurgo, aunque se prevé que incluya a la familia real, amigos del duque, así como dignatarios y representantes de las organizaciones con las que colaboraba el fallecido Príncipe.
Navidades reducidas
La variante ómicrom de la Covid-19 ha llegado a gran parte de los hogares del mundo y las familias reales tampoco son una excepción. Las tradicionales celebraciones reales se han visto este año reducidas ante la expansión del virus. De hecho, la única hija de la reina Isabel II, la princesa Ana, ha dado positivo recientemente y no podrá pasar las navidades con su familia.
Ante esta situación, la soberana de Reino Unido ha decidido no viajar a su residencia campestre de Sandringham, como tiene por costumbre en estas fechas, y ha permanecido en su residencia del castillo de Windsor. Además, tampoco asistió a la misa en la capilla de San Jorge este 25 de diciembre por la mañana, a la que sí acudieron su primogénito, el príncipe Carlos (73), y su esposa, Camila de Cornualles (74), que después almorzaron con la Reina.
Este año ni el príncipe Guillermo (39) ni su hermano Harry (37) han estado junto a la soberana, que durante la pandemia ha limitado en gran medida sus contactos sociales y se ha mantenido aislada en su residencia.
"Si bien la Covid hace otra vez que no podamos llevar a cabo las celebraciones como hubiéramos deseado, todavía podemos disfrutar de muchas tradiciones felices", ha expresado este sábado la Reina, que subrayó que su familia es una "gran fuente de felicidad" para ella. En la misma línea, ha comentado en su discruso que si hay algo que la emociona es ver a "nuestros propios hijos y sus familias asumir los roles, tradiciones y valores que significan tanto para nosotros, que se transmiten de generación en generación".
Problemas de salud
El comienzo del 2021 fue difícil para la Reina por la muerte de su marido, pero este final año tampoco ha resultado fácil para la monarca. Isabel II ha sufrido problemas de salud que le han obligado a mantener reposo desde noviembre por prescripción médica. Fue el 21 de octubre cuando la soberana tuvo que pasar la noche en el hospital para someterse a una misteriosas pruebas médicas.
Debido a sus dolencias, de las que no han trascendido las causas exactas, la Reina ha tenido que cancelar un importante número de compromisos institucionales en las últimas semanas. De hecho, desde Palacio se llevó a cabo un plan para que el resto de representantes de su familia real pudieran sustituirla en los actos a los que le sería imposible asistir por recomendación de los facultativos.
Pero Isabel II no ha frenado su actividad del todo. Dando muestras de su buen estado, la monarca ha continuado celebrando audiencias por videoconferencia durante varias semana. Sin embargo, ya la semana pasada recibió personalmente en Windsor al sultán de Omán, Haitham bin Tareq al Said.
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