El 8 de enero de 2020, Meghan Markle (40 años) y el príncipe Harry (38) anunciaron su retirada de la Casa Real británica. Aunque su salida definitiva no se dio hasta casi tres meses después -el 31 de marzo-, aquella jornada de invierno marcó el inicio de una nueva vida para los duques de Sussex que ha estado llena de altibajos.
En los últimos dos años y, sobre todo, en los meses recientes, el nieto de la reina Isabel II (95) y la actriz de Suits han protagonizado un sinfín de polémicas. Tras el Megxit han sido poco los triunfos y varios de sus proyectos no han tenido el éxito esperado.
Una de las primeras controversias que se generó en torno a Meghan y Harry tras abandonar la Casa Real fue el gasto que implicaba su seguridad. En Londres, algunos parlamentarios expresaron que el Gobierno no era responsable de sus costes. Debido a que su primera parada fue Canadá, el primer ministro del mencionado país, Justin Trudeau (50), también se mostró reacio a que los canadienses pagaran la protección de los duques de Sussex. Por su parte Donald Trump (75), quien entonces seguía al frente de la política estadounidense, dejó claro que su administración no se haría cargo de ese presupuesto. Finalmente, la prensa británica informó que los duques de Sussex recurrirían a su fondo privado para mantener dicho privilegio.
Meses después, a los debates que generó su mudanza a Estados Unidos, se sumó una nueva polémica: la publicación de Finding Freedom, una biografía a la venta desde agosto de 2020. Aunque la pareja explicó que el libro "está basado en las experiencias de sus autores como miembros del grupo de corresponsales de la realeza" y que ellos no contribuyeron en la realización del texto, ambos estuvieron en el centro de las críticas por los hechos que allí se mencionan. La obra expone que Meghan y Harry se sentían "utilizados por su popularidad", "criticados dentro de la institución por ser demasiado susceptibles y francos" y "acosados por la prensa".
Pero a pesar de sus fuertes reproches contra los medios, en este tiempo alejados del Palacio de Buckingham la pareja ha ofrecido una serie de declaraciones públicas que han puesto en entredicho a diferentes miembros de la monarquía. La más sonada, en marzo de 2020.
En una entrevista con Oprah Winfrey (67), Meghan y Harry hicieron unas impresionantes acusaciones. La protagonista de Suits, sin decir nombres, catalogó de racista a algunos miembros de la Corona. Además, confesó que en su paso por la realeza tuvo intenciones de quitarse la vida y aseguró que su cuñada, Kate Middleton (39), la hizo llorar poco antes de su boda. El príncipe Harry también dejó sin palabras a la audiencia con sus desgarradores testimonios sobre su familia. Desveló que no ha sentido el apoyo de su padre, Carlos de Inglaterra (73), y que se ha distanciado de su hermano, el príncipe Guillermo (39).
Aunque en estos últimos dos años se ha mostrado cercana con veteranas presentadoras -primero con Oprah y después Ellen DeGeneres (63)-, Meghan Markle no ha dejado a un lado sus batallas con los medios británicos. De hecho, la resolución de estas han sido de las pocas victorias que ha obtenido la estadounidense desde que salió de la Corona. El pasado diciembre, la actriz ganó su litigio contra un importante grupo de prensa del Reino Unido para proteger su privacidad, después de que varios periódicos publicaran una carta personal que escribió a su padre en 2018.
A este logro se suman otros triunfos como las ventas de The Bench, su libro infantil. De acuerdo con un ranking realizado por The New York Times, el texto se ha posicionado entre los más vendidos de Estados Unidos. Un éxito del que no han gozado otros de sus proyectos, llevados a cabo junto al príncipe Harry.
Esta misma semana se ha dado a conocer que su fundación, Archewell, ha generado más gastos que ganancias. De acuerdo con el Daily Mail, tras analizar los datos que se desprenden del Servicio de Impuestos de Estados Unidos, la organización recaudó menos de 50.000 dólares en 2020. También se desvela que entre junio de 2020 y junio de 2021 se gastaron más de 55.0000 dólares en honorarios legales.
Además de este bache profesional, los duques de Sussex han fallado en otros de sus proyectos. Recientemente, se cumplió un año de haber firmado un contrato de 30 millones de dólares con Spotify para desarrollar un pódcast que contaría con varios episodios. Hasta ahora no han subido más que un capítulo de bienvenida en diciembre de 2020. Tampoco han continuado con las redes sociales que crearon después de abandonar la Casa Real.
Otras polémicas
Más allá de los debates y la distancia que mantienen con la Familia Real británica, en los últimos meses Meghan y Harry han generado controversia por otros dos asuntos. Su visita a Nueva York el pasado mes de septiembre generó un sinfín de críticas por el exceso de guardaespaldas que les acompañaron.
Dos meses después, la actriz también fue reprochada por usar su título real para fines políticos. Markle se presentó como duquesa de Sussex en un par de conversaciones que mantuvo con rostros de la política norteamericana para tratar un asunto social: la baja remunerada por maternidad.
La prensa británica calificó este hecho de "escandoloso" y aseguró que la mujer del príncipe Harry debería "mantenerse alejada" de estos temas. "Está usando el título fuera de contexto y la gente cuestionará su motivo. La Familia Real no tiene voz en la política estadounidense", explicó un asistente de Palacio a The Telegraph.
[Más información: La simbólica cifra que Meghan Markle recibirá tras ganarle la batalla a los medios británicos]