La reina Isabel II (95 años) no volverá a vivir en el palacio de Buckingham, el lugar que ha sido su hogar fijo durante los 70 años que dura ya su reinado. La soberana de todos los británicos se quedará a vivir en el castillo de Windsor, a donde se mudó, en principio, de forma temporal, al inicio de la pandemia para alejarse de Londres y tratar de evitar así un contagio de coronavirus.
Junto a ella, en aquella mudanza a marchas forzadas en marzo de 2020 por culpa de la Covid-19 estuvo el príncipe Felipe de Edimburgo, su marido y padre de sus cuatro hijos, que murió un año después precisamente en el castillo de Windsor. Era abril de 2021 cuando el duque se marchó para siempre, a punto de cumplir 100 años.
Desde aquel instante, la salud de la reina Isabel II se ha resentido, provocando tener que cancelar actos de agenda institucional, algo insólito en el reinado de la jefa del Estado. Una noche en el hospital, varios días en reposo y lo último y definitivo: la Covid-19 también infectó a monarca, a pesar de tener las tres dosis de la vacuna.
Ahora, según publica The Times, el tiempo de vida que le quede a la Reina lo pasará en su hogar de Windsor, el emblemático castillo que hasta hace dos años solo era su residencia de fin de semana, el lugar donde pasaba unos días en las vacaciones de Semana Santa y donde se instalaba en junio para asistir a las tradicionales carreras de Ascot.
Una fuente cercana a la Familia Real británica expresó al citado medio que en su decisión también se encuentra el hecho de que Buckingham se encuentra de reformas. Unas obras que están previstas que duren hasta 2027, por lo que "no es realmente un lugar para quedarse a largo plazo", indica esta fuente. Dejar atrás Buckingham es una las decisiones más importantes de la vida de la Reina, pues el histórico palacio es un signo de la monarquía británica.
La Reina y la Covid-19
La reina Isabel II retomó su agenda el pasado martes, día 1 de marzo, con dos compromisos virtuales, una semana después de haber dado positivo por Covid-19. En su regreso al trabajo, la soberana atendió al diplomático andorrano Carles Jordana Madero, quien presentó sus credenciales como embajador del Principado de Andorra ante la Corte de St James.
La nota enviada por el palacio de Buckingham indicó, asimismo, que la monarca recibió a Kedella Younous Hamidi, quien hizo lo propio como embajador de la República del Chad en este país. Fue el pasado 20 de febrero cuando la reina Isabel II dio positivo por coronavirus, semanas después de que su primogénito y heredero al trono británico, Carlos de Inglaterra (73), y su esposa, la duquesa de Cornualles (74), se infectaran.
En ese momento, un portavoz real dijo que la soberana experimentaba síntomas leves similares a los de un resfriado. Tras anunciar su positivo, la reina Isabel II siguió desempeñando inicialmente "tareas ligeras" en su residencia de Windsor, como enviar un mensaje de felicitación al equipo femenino de curling que ganó el oro en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín.
También atendió audiencias telefónicas con el primer ministro británico, Boris Johnson (57), aunque canceló otros compromisos online programados para el pasado 22 de febrero.
Isabel II ha pasado gran parte de los confinamientos por la pandemia de los últimos dos años en su castillo de Windsor, a las afueras de Londres, donde su salud ha sido controlada por un equipo de personas, apodado la "burbuja de Su Majestad". Ahora se ha conocido que Windsor, el que era su hogar para los momentos de asueto, se convierte en su casa oficial hasta el último de sus días.
[Más información: La reina Isabel II reaparece nueve días después de dar positivo por coronavirus]
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