No tenía que ser fácil vestirse este jueves 17 de marzo. Los Reyes han presidido un almuerzo en honor al presidente de Mauritania, Mohamed Ould Ghazouani, y el protocolo ya había avisado a Letizia (49 años) del vestuario que iba a lucir la esposa del mandatario africano. Así que el atuendo que tenía que elegir la Reina debía ser discreto para no desentonar mucho con el de su invitada. Así que la esposa de Felipe VI (54) ha tirado de armario, con cero complicaciones, para la cita que ha tenido lugar en Zarzuela.
La Reina ha elegido un vestido que solo le hemos visto una vez y fue en su visita oficial a Suecia el pasado mes de noviembre. Se trata de un modelo cruzado de la marca sevillana Cherubina en la que ha confiado en varias ocasiones. Esta realizado en crepé en un tono azul piedra, las mangas están ligeramente abullonadas, y es de largo midi. Un atuendo correcto, algo soso para nuestro gusto, pero impecable para las circunstancias.
Una curiosidad sobre el vestido es que con él protagonizó un incidente muy sonado cuando lo estrenó en Suecia hace 4 meses. Era el último acto de Letizia en Suecia antes de emprender el viaje de regreso a España. Un besamanos en la Embajada Española en el que, acompañada por la reina Silvia (77), saludó a diferentes personalidades. Una cita sencilla que dio un giro de 180 grados cuando a la monarca española se le cayó el bolso al suelo, abriéndose y dejando a la vista parte de su contenido. Pese a su rapidez, pues se agachó ella misma a recogerlo todo, la mujer de Felipe VI no pudo evitar que se vieran dos artículos: un teléfono móvil de color negro y un producto de belleza. Las imágenes coparon titulares al día siguiente.
Como accesorios, poco podemos destacar. Como se ha tratado de un almuerzo dentro de Zarzuela, Letizia no ha llevado bolso y se ha calzado unos salones negros de tacón firmados por Magrit que llevan muchas temporadas en su armario. Como joyas el anillo de Karem Hallam y unos sencillos pendientes.
Sin embargo, puede que las apariencias nos engañen una vez más, y debajo del protocolo pueda surgir entre ambas mujeres una buena amistad. Resulta que la primera dama de Mauritania es una mujer muy comprometida con los problemas sociales que tiene su país, cosa en la que coincide con Letizia.
Mariem se ha convertido en la cara visible de la lucha para ayudar a los niños con autismo en África, ya que uno de sus hijos padece esta dolencia, a través del centro Zayed, que fundó con ayuda económica de las grandes fortunas del continente. Se trata de un organismo que da cuidados especializados a estos pequeños y a sus familias, ya que esta enfermedad o trastorno es todavía un tema que los discrimina en muchas zonas. Desde que su marido llegó a la presidencia en 2019 aprovecha los viajes oficiales para dar visibilidad a este problema y hará seguramente esto durante la comida con la Reina, ya que comparte con ella su inquietud por la salud infantil y las enfermedades raras, cuyo acto del Día Mundial presidió hace dos días en la capital española.
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