El rey Mohamed VI de Marruecos (58 años) ha reaparecido este jueves 7 de abril durante una reunión con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez (50). Una cita que ha tenido lugar en la ciudad marroquí de Rabat y en la que el Rey y el político han sellado el fin de la crisis entre ambos países. Más allá de por su importancia política, el encuentro ha llamado la atención por otros aspectos como el hecho de que la bandera española haya aparecido boca abajo, y por el cambio físico del monarca alauí.
En una de las últimas ocasiones en la que se le pudo ver, en enero del pasado año cuando se puso la primera vacuna contra la Covid-19, ya se pudo apreciar que Mohamed estaba más delgado. Una pérdida de peso que ha continuado en estos meses y que es más evidente que nunca. Se le nota especialmente en el rostro, mucho más afilado y también más pálido. También en las marcadas ojeras que aparecen bajo sus ojos.
Si bien es cierto que el monarca se encuentra en pleno ayuno con motivo de la celebración del Ramadán - que termina el próximo 1 de mayo -, cabe recordar que en los últimos años su salud se ha visto resentida. Desde hace casi un lustro padece sarcoidosis, una enfermedad multisistémica grave de carácter inmunológico que puede no tener síntomas o ser muy dura, como es el caso del soberano, a quien ha afectado a los pulmones, la piel y los ganglios linfáticos.
Si bien no se trata de una enfermedad mortal, Mohammed VI tiene otras dolencias. Ha tenido que ser operado del corazón en dos ocasiones, primero en febrero de 2018 en París y después en junio de 2020 en Rabat. Ambas intervenciones fueron un éxito, pero desde aquel momento el Rey ha protagonizado grandes cambios de peso. Pero antes incluso de presentar problemas cardiacos su salud ya acaparaba titulares, pues en septiembre de 2017 se conocía que fue ingresado y se le realizó una cirugía para extirparle un tumor benigno del ojo izquierdo.
Las dolencias del marroquí son prácticamente un tema tabú en su país. Los medios de comunicación y los periodistas que han intentado investigar sobre este asunto de evidente relevancia pública a menudo han sido interrogados por las autoridades.
A pesar de todo, en los últimos años, tanto los periódicos como la propia opinión pública han sido testigos de cómo el jefe del Estado ha cambiado físicamente. Primero una gran subida de peso que, según desvelan diarios locales, sería la consecuencia de una fuerte medicación que incluiría corticoides y otros fármacos. Ahora, por todo lo contrario.
[Más información: La mala salud de Mohamed VI: del tumor en el ojo a la sarcoidosis]
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