El príncipe Carlos (73 años) y su mujer, Camilla Parker-Bowles (74), han vuelto a cargar sobre sus hombros la responsabilidad de sustituir a la reina Isabel II de Inglaterra (95).
Los duques de Cornualles han sido los encargados de presidir la tradicional misa del Jueves Santo, que ha tenido lugar este viernes 14 de abril en la capilla del Castillo de Windsor, donde han sido recibidos por el reverendo David Conner.
Pese a que la monarca reside actualmente en el citado castillo, prefirió que fuera su primogénito quien acudiese al acto religioso. Una decisión que se conocía apenas unos días antes de la celebración del servicio, poco después de que Isabel confesara que el coronavirus la dejó "exhausta" y de haber presentado ciertos problemas de movilidad.
Si bien la Reina ya había faltado a esta cita en otras tres ocasiones, esta ha sido la primera vez que ha cedido el puesto a su heredero. La última vez que la soberana se ausentó fue en el año 1970 y fue su madre, la Reina Madre, quien acudió en su lugar dado que ella se encontraba de gira por Nueva Zelanda.
Sonrientes y cómplices, Carlos y Camilla no solo han presidido el sermón religioso, también han recibido de buen agrado los detalles que de forma habitual son para la reina Isabel. Como, por ejemplo, dos llamativos ramos de flores.
Por su parte, el príncipe de Gales ha sido el encargado de entregar lo que se conoce como Moundy Money o 'dinero del Jueves Santo', una cantidad de dinero simbólica que se otorga a aquellos ciudadanos que han hecho una contribución significativa para la comunidad.
Este año, el príncipe Carlos ha distribuido un total de 96 peniques -uno por cada año de edad de Isabel II, que el próximo 21 de abril celebra su 96 cumpleaños-, entre 96 hombres y el mismo número de mujeres.
Cada una de estas personas ha recibido dos monederos, uno de color rojo y otro blanco. En el primero de ellos se encontraba una moneda de 5 libras y otra de 50 peniques, representando el Jubileo de platino de la Reina y, en el blanco, un total de 96 peniques en monedas recién acuñadas de 10 y de 3 peniques.
Para la ceremonia, el príncipe heredero ha apostado por un chaqué clásico y, por su parte, Camilla se ha decantado por el color azul, presente en todo su estilismo. La duquesa ha optado por un elegante abrigo de amplias solapas blancas que ha combinado con una pamela a tono y un bolso de Chanel. Como joya, el que es su complemento favorito, la imponente gargantilla triple de perlas con medallón central que ha lucido en varias ocasiones.
Pese a que la ausencia de la monarca ha sido muy sonada este 14 de abril, está previsto que esta misma semana también falte a otro acto importante. El domingo 17 se celebra la también tradicional misa de Pascua en la capilla de San Jorge en el Castillo de Windsor, y en la que Isabel II podría no estar presente.
A falta de confirmación oficial por parte del Palacio de Buckingham, fuentes cercanas a la monarca han asegurado al medio NBC News que no se espera que Su Majestad asista, delegando así el protagonismo en sus herederos.
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