Máxima de Holanda, imperturbable icono de estilo pese a las polémicas propias y familiares
Este martes, 17 de mayo, la reina consorte de Guillermo de los Países Bajos celebra su cumpleaños tras un periodo intenso y repleto de escándalos.
17 mayo, 2022 03:37Noticias relacionadas
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Máxima Zorreguieta, esposa del rey Guillermo Alejandro de Holanda (55 años), celebra este martes, 17 de mayo, su 51 cumpleaños. Su especial aniversario llega tras una semana cargada de actos institucionales en los que ha vuelto a acaparar los titulares de prensa por su buen gusto para la moda y sus exquisitos estilismos. En las últimas semanas, la reina consorte ha recuperado la atención sana de los medios gracias a que ha retomado la elegancia y el brillo en sus apariciones públicas tras dos años de pandemia en los que tanto ella como la Familia Real holandesa no han parado de protagonizar escándalos que han indignado a sus paisanos.
La royal de origen argentino no disfrutará en este señalado día de la presencia de su hija mediana, Alexia de Holanda (15), pese a que sí estuvo en el 55 cumpleaños del Rey el pasado 27 de abril. Resultó extraño ver a la princesa ese día junto a su familia, ya que eso significaba que se saltó las clases de su colegio de élite en Gales, pues debía volver a las aulas el 25 de abril tras la vuelta de su Spring Break -el periodo vacacional equivalente a la Semana Santa en Reino Unido-, tal y como hizo Leonor de Borbón (16).
Sin embargo, teniendo en cuenta que falta exactamente un mes para que las herederas finalicen su primer curso de Bachillerato Internacional en el UWC Atlantic College y que se encuentran en pleno periodo de exámenes, Alexia estará a casi 800 kilómetros de su madre. No obstante, seguro que la felicitará por cualquiera de las posibles vías de contacto de esta era digital.
Precisamente su hija Alexia es del miembro de su familia que más quebraderos de cabeza le ha dado a ella y a la institución monárquica en los últimos años, coincidiendo con la adolescencia de la joven princesa. La hermana de Amalia (18) y Ariadna de Holanda (15) ha protagonizado varias polémicas que han puesto en jaque incluso la seguridad de palacio. La última de ellas ocurrió el pasado otoño con la difusión de unas fotos de Alexia en lencería en medio de una fiesta de temática LGTBIQ+ en su nuevo colegio. Pero sus antecedentes vienen de lejos.
Justo antes de la pandemia, la hija de Máxima Zorreguieta se abrió varias cuentas privadas y anónimas en Instagram para compartir sus looks y que los usuarios la puntuaran. También usaba frecuentemente Snapchat. Así como TikTok, donde compartió un vídeo bailando una controvertida canción que fue tachada de racista. Al conocer que la dueña de estos perfiles era la hija de los Reyes de Holanda, todas sus cuentas fueron clausuradas.
Pero la heredera al trono de los Países Bajos, Amalia, tampoco se ha librado de las críticas negativas recientemente. Pese a ser una hija ejemplar y tener el favor de la ciudadanía, el pasado 7 de diciembre cumplió 18 años y quiso celebrarlo por todo lo alto con una especial reunión en el jardín palaciego que indignó a los holandeses. La royal excedió el número de invitados permitido por parte del gobierno para las reuniones en viviendas. Amalia invitó a unas 100 personas, según De Telegraaf, cuando el país estaba mostrando un repunte de casos Covid.
La pequeña de palacio, Ariadna, no se ha visto aún involucrada en ningún asunto polémico, pero no ocurre igual con sus ilustres padres. Los reyes Guillermo y Máxima vieron sus nombres en los titulares más agresivos cuando se fueron de vacaciones a Grecia en otoño 2020, en pleno confinamiento parcial en Países Bajos y mientras el Gobierno holandés pedía prudencia en los viajes para evitar contagios. Tal fue el escándalo que se vieron obligados pedir perdón públicamente. Meses antes, cuando la crisis del coronavirus era mucho más fuerte, la pareja ya había incomodado a los ciudadanos por la compra de un yate de dos millones de euros.
Pero tras estos controvertidos episodios, el resurgir de Máxima ya se ha producido. Se puede decir que ha recuperado el brillo de sus mejores tiempos y que remonta sus cifras de popularidad tras una sonada caída. Su espontaneidad y su empatía han vuelto a ayudarla a ganarse el cariño de la gente. Además de triunfar con sus glamurosos estilismos en los que los complementos siempre tienen un protagonismo especial, Máxima también ha subido escalones en aprobación popular gracias a su solidaridad y apoyo cada vez más visible a los que más lo necesitan.
Es el caso de los gestos que ha tenido la monarca con los refugiados de la guerra de Ucrania que huyeron al resto de países de Europa, o con la ayuda que ha brindado estos meses atrás a los sectores agrícolas de los terrenos rurales de Holanda. En esas situaciones, la reina consorte ha mostrado que se olvida de su protocolo de estilismo y no duda en tomar una pala o un rastrillo junto a agricultores, o se pone el chaleco de la Cruz Roja sobre su vestido de etiqueta para estar al lado de los supervivientes ucranianos. Así logró convertirse en el icono de estilo que es, aunque sin perder la humanidad y la espontaneidad que le reclaman sus conciudadanos, pues se trata de una de sus representantes públicas más distinguidas.
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