Los últimos meses han sido los más agitados en la vida de Victoria Federica (21 años). Acostumbrada a los focos desde niña debido a su pertenencia a la Familia del Rey, fue hace menos de un año cuando la hija de la infanta Elena (48) y Jaime de Marichalar (59) dio el gran salto al foco público. Lo hizo de manera voluntaria al abrir su cuenta en las redes sociales. Un simple gesto que supuso un antes y un después.
Si bien ya era de sobra conocida, este cambio en su perfil de Instagram acercó su imagen aún más, descubriendo no solo a algunas de sus amistades -entre las que destacan muchos rostros conocidos-, también algunos de sus viajes.
Sus movimientos en redes han sido constantes desde entonces y la han convertido en uno de los personajes más mediáticos del momento. Pese a esto, la sobrina de Felipe VI (54) no quiere ser encasillada por la exposición virtual.
"No me expongo mucho y lo poco que muestro es lo que soy de verdad, eso es lo importante. Desde luego, tengo muy claro que no quiero convertirme en una influencer. Es un trabajo que respeto mucho, de hecho, tengo buenos amigos que se dedican a esto. Sin embargo, no es una salida profesional con la que me identifique. Quizás sí me sienta cómoda siendo alguien influyente, pero son dos conceptos que no tienen nada que ver", dijo el pasado mes de abril en una entrevista para Elle.
Pese a sus palabras, Victoria Federica no puede negar su cada vez mayor popularidad. Se ha convertido en un reclamo y su presencia en sinónimo de lo que representa: juventud, sofisticación, realeza, lujo, estilo... De ahí que todas las marcas de moda quieran contar con su presencia en los eventos más importantes.
Un gran ascenso en todos los sentidos en el que, sin embargo, hay algo que todavía se le resiste: la popularidad en redes. Y es que aunque ella asegure que no quiere ser influencer, eso es algo que no decide ella, sino su número de followers.
Diez meses después de abrir su cuenta ha pasado de los 44.000 seguidores de esa primera semana de apertura a los 196.000 seguidores que tiene en la actualidad. Una cifra alta pero que sin embargo está alejada de la barrera que algunos expertos marcan para considerar a una persona realmente influyente y que está marcada en 500.000 personas.
Una barrera que Victoria Federica todavía no ha alcanzado y a la que podría tardar en llegar pues, según muestra la herramienta de análisis Social Blade, en los últimos treinta días las redes de la Borbón han bajado un 41%.
De hecho, tal y como desvela, los grandes picos de crecimiento en su número de fans están ligados a acontecimientos concretos como, por ejemplo, su presencia en la Feria de Abril de Sevilla del pasado mes de mayo o la publicación de su primera entrevista. El resto del tiempo el crecimiento es mucho menor. Por ejemplo, en los últimos días ha habido jornadas en las que apenas ha conseguido el follow de 13 personas.
Todo esto revela que, pese a sus palabras, Victoria Federica quiere convertir Instagram en su trabajo. No solo lo demuestra su fichaje por la agencia de influencers Soy Olivia, también el hecho de que buena parte de sus imágenes están tomadas por fotógrafos profesionales. Esta es una táctica muy habitual entre influencers para tener un book de imágenes de calidad. Además, cuida el contenido que comparte al detalle, dejando patente un gran mimo que comparten amigas como María García de Jaime o María F. Rubíes, quienes sí se etiquetan como influencers.