La comunidad musulmana acaba de celebrar el Aid al Adha, la fiesta del sacrificio también conocida como fiesta del cordero. Es la festividad más importante del islam, se conmemora 70 días después del Ramadán y marca el fin de la peregrinación a La Meca
En Marruecos hay tradición de que el rey Mohamed VI (58 años), comendador de los creyentes, sea el primero en degollar al animal tras el rezo. Evento que se retransmite en directo en las televisiones. Tras ese acto, el resto de ciudadanos ya pueden sacrificar el cordero en sus casas.
Por eso en ese momento tan especial el monarca alauita tenía que estar con los suyos. El sábado por la noche viajó desde Francia, donde pasó el último mes. Llegó al país europeo el 1 de junio en una visita privada, y después se quedó confinado, tras contagiarse de la Covid-19.
[El rey Mohamed VI da positivo por coronavirus: el comunicado de su médico]
El 16 de junio, el nuevo médico personal del soberano, Lahcen Belyamani, anunció que Mohamed VI había dado positivo en la prueba de coronavirus, de forma asintomática. Le recetó "un período de descanso durante unos días".
Aunque en su convalecencia, el Rey siguió pronunciando regularmente mensajes y discursos protocolarios, en su primera aparición el domingo en el palacio real de Salé, donde tiene su residencia, se le notó más delgado y con el rostro demacrado.
Sin embargo, quienes lo vieron en persona aseguran que "estaba sonriente al final de la oración". Así conseguía tranquilizar a los marroquíes sobre su estado de salud, con el que se rumoreó las últimas semanas, y mostrar que hay una línea sucesoria en la casa real alauita, con un invitado muy especial.
En las dos fotografías y en el vídeo que se difundieron en los medios, se ve al rey Mohamed VI en la ceremonia de oración en un entorno privado y con una presencia significativa, pero muy limitada debido a la pandemia. Por supuesto, eran todos hombres, con un mensaje muy claro, asegurar la dinastía alauita.
El monarca apareció en el acto religioso con una chilaba amarilla que le distingue del resto de invitados, vestidos de blanco. A su derecha se situó el heredero, Moulay Hassan (19), con su esbelta figura, seguido del segundo candidato al trono, el hermano del rey, Moulay Rachid (51). Lo llamativo de la estampa es la aparición del pequeño Moulay Ahmed (6), sobrino de Mohamed VI, y tercer heredero en la línea sucesoria. No es habitual que los niños tan pequeños asistan ceremonias religiosas.
De esta manera, la casa real alauita quiere enviar el mensaje de que hay varios sucesores y que sus relaciones son buenas. Durante la estancia del rey en Francia, se extendieron bulos en las redes sociales, sobre todo en WhatsApp, de una posible traición por parte del hermano del monarca en el palacio real.
Corrieron especulaciones sobre rivalidades y rencillas en la familia, incluso se difundió que se habían escuchado disparos en el palacio real de Rabat, donde estaba Moulay Rachid.
La inteligencia internacional que opera en Marruecos desmiente esta presunta traición. Según explican a EL ESPAÑOL, "es una mentira intoxicada, el rey estaba con el príncipe heredero en Francia, y Moulay Rachid tiene un control especial asignado por la DGED (servicio de inteligencia), está vigilando las 24 horas del día y controlado".
Con esta imagen donde se les ve juntos tras su llegada de Europa, Mohamed VI acalla esos comentarios. La oración del Eid al Adha en la residencia real de Salé tuvo una nota fresca con la presencia de Moulay Ahmed, con solo seis años recién cumplidos.
El niño imitó cada una de las posturas de los adultos, mirando atentamente a su padre. Incluso, Mohamed VI le observó en algún momento de la ceremonia.
Después de la oración, el soberano procedió al ritual del sacrificio. Siguiendo la tradición del profeta Mohamed, el rey degolló con un cuchillo el cordero, tumbado en el suelo y sujeto por varios hombres. El imán de la mezquita sacrificó el segundo animal.
Como es habitual en cada celebración, tanto nacional como religiosa, Mohamed VI indultó la víspera a 979 personas, algunas detenidas y otras en libertad, condenadas por los diferentes tribunales del país.
Una vez en Marruecos, están en marcha los preparativos para una inminente celebración en Rabat de un consejo de ministros, bajo su presidencia. En esta ocasión, según fuentes cercanas al Gobierno citadas por el digital Le360, está previsto "en principio, en los próximos días en el Palacio Real de Rabat", con la participación de miembros del gobierno.
En esta reunión se debería, entre otras cosas, decidir sobre "las propuestas de nombramiento de altos cargos", según las mismas fuentes, que no excluyen, además, un posible movimiento de walis y gobernadores.
Normalmente, tras este consejo de ministros de verano, el Rey suele iniciar sus vacaciones en el norte del país, donde se le espera con todo preparado desde el mes de junio.