La gran sonrisa de la infanta Cristina (57 años) en su nueva aparición pública de este viernes, 15 de julio, es un síntoma revelador de que goza de un buen estado anímico. Tras la tempestad que supuso su escandalosa ruptura con Iñaki Urdangarin (54) el pasado mes de enero, resurge completamente renovada por dentro y también por fuera.
Más sonriente que nunca y visiblemente más delgada y rejuvenecida, la hermana del Rey se ha mostrado cercana, simpática y con un gesto de total felicidad en un encuentro sobre empresas multilatinas en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander, en su cargo de directora del área de internacional de la Fundación La Caixa.
Vestida con unos pantalones tipo sastre de lino en color tierra, un top a juego con bordados de aire étnico, una americana blanca y unas cuñas de esparto, Cristina de Borbón repartía apretones de manos y sonrisas entre los asistentes a esta reunión. Se la veía desprendiendo un aire renovado y rebosante de felicidad.
Había elegido un estilismo sobrio, pero con el toque informal que ponen sus sandalias de esparto, que se han convertido en el calzado preferido de las royals. Como joyas, ha escogido unos pequeños pendientes plateados y un discreto collar. Iba muy poco maquillada y lucía su último retoque: ha eliminado la verruga que tenía en el lado izquierdo de la cara, entre el labio y la nariz. Aún se nota una pequeña marca tras la intervención.
Aunque ha pasado unos meses alejada de todo, superando el duro golpe que supuso la infidelidad pública de su marido, poco a poco se ha ido recuperando. Ya lo anunciaba Konstantin de Bulgaria (52) tras coincidir con ella en la boda de Mafalda (27) en mayo:"Cristina estaba muy bien, muy bien, tranquila y cómoda". Un mes y medio después, se ha comprobado con esta última aparición que sigue en la misma línea y que afronta con positividad y ganas su primer verano como soltera.
La segunda hija de los reyes eméritos aún está trabajando, pero pronto comenzará sus vacaciones con muchos planes. Entre ellos, regresar al lugar que ha sido su destino de veraneo durante muchos años, la localidad francesa de Bidart. No parece importarle que fuera precisamente en esas playas donde se pilló a Urdangarin con su nueva pareja, la administrativa vasca Ainhoa Armentia (43).
Por fortuna, no coincidirá con él allí, pues Iñaki viajará en agosto a Estados Unidos para asistir a la boda de uno de sus sobrinos, hijo de su hermana Cristina, que reside en Washington. De momento, en lo que respecta a los detalles del divorcio se desconocen, aunque parece que no se resolverá definitivamente hasta después de verano. La infanta seguirá residiendo en Suiza, aunque sus visitas a España serán cada vez más habituales. En cuanto a su exmarido, continúa su relación sentimental y también afronta un verano muy especial.