El fallecimiento de la monarca acontece horas después de quedar bajo supervisión médica y tras convertirse en noticia durante meses su maltrecho estado de salud. De hecho, su agenda institucional había sufrido importantes e históricas modificaciones como consecuencia de su avanzada edad y sus baches de salud, agravados en los últimos meses.
El pasado martes, 6 de septiembre, Isabel II hizo su última aparición pública tras dos meses de descanso. La Reina nombró a la nueva primera ministra británica Liz Truss (47 años) en el castillo del Balmoral en lugar de en el palacio de Buckingham, acontecimiento inédito en sus 70 años de reinado y derivado de su delicado estado. Ese día, pese a su gran sonrisa, se pudo apreciar su debilidad y moratones en sus manos.
Cabe recordar que a principios de verano, cuando se celebró su Jubileo de Platino, en los festejos que se hicieron en su honor se pudo comprobar la delicada salud de la monarca, porque no estuvo presente en varias citas de relevancia. Fue entonces sustituida por sus hijos y nietos, y en los actos en los que sí apareció dejó patente su debilidad.