‘Es muy amable y bella. Y está claro que el rojo es su color’. Con estas palabras a Felipe VI, Isabel II describía a la Reina Letizia durante la cena en honor a los Reyes españoles con motivo de su visita de Estado a Inglaterra en 2017. No fue una frase al oído en modo secreto, de hecho, la esposa del Rey español la escuchó alta y clara, fue un halago en voz alto realizado con cariño hacia el que ella consideraba como su sobrino y al que para su estancia en Londres había alojado en el mismísimo Buckingham Palace, algo reservado solo a las personas más cercanas a la Reina.
Porque los Windsor y los Borbón, a pesar de la política de sus respectivos gobiernos, siempre se han sentido muy cercanos y son como casi todos los ‘royals’ europeos, familia. Los vínculos de consanguinidad vienen de que el abuelo de Doña Sofía, Constantino, era hermano de Andrés de Grecia y Dinamarca, padre del difunto Felipe de Edimburgo. En el caso de la madre del marido de Isabel II, Alicia de Battenberg, era nieta de la Reina Victoria de Inglaterra, que era abuela, a su vez, de la de Juan Carlos I, la Reina Victoria Eugenia.
La relación es tan estrecha que a nadie le sorprendió que en el mensaje de condolencia que el actual jefe del Estado y su esposa enviaron a la Reina inglesa tras la muerte de su marido, el duque de Edimburgo, estuviera encabezado por un cariñoso ‘Querida tía Lilibeth’.
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Aprecio mutuo
El cariño que ambas familias sienten ha quedado reflejado en las diversas visitas que se han ido haciendo a lo largo de los años, tanto en el ámbito público como en el privado. Así ocurrió en 1986 cuando los anteriores Reyes españoles realizaron su primer viaje de Estado al Reino Unido. Entonces Isabel II les recibió con toda la pompa de la que es capaz la monarquía británica, la más diestra y protocolaria en estos asuntos, prestándoles para que se alojaran el Castillo de Windsor, su residencia favorita y en la que ella se alojó en sus últimos años de vida. Fue entonces cuando la soberana inglesa impuso a Juan Carlos el collar de la Reina Victoria.
Dos años después, la visita fue devuelta e Isabel II y su esposo realizaron el que ha sido su único viaje oficial a España y en el que visitaron Sevilla, Palma de Mallorca, Madrid y Barcelona. Fueron jornadas en las que disfrutaron del flamenco, visitaron museos, conocieron palacios y que terminó con un pequeño crucero de la Ciudad Condal a las Baleares, subidos en el Britannia (el barco de Isabel II) para pasar en la intimidad sus últimos días invitados en Marivent. Durante su visita a suelo español, el emérito le impuso a la soberana británica la orden del Toisón de Oro, la máxima distinción de la Casa Real española.
Gibraltar entre medias
Aunque como en todas las relaciones familiares hay piedras en el camino y la que han tenido siempre los Windsor y los Borbón es más bien un peñón, el de Gibraltar. La primera visita de la Reina Isabel II a esta zona británica dentro de la península ibérica tuvo lugar en 1954, disfrutando de un crucero por varias zonas del Mediterráneo hizo una parada oficial acompañada de su marido y de los que entonces eran sus dos únicos hijos, Carlos y Ana.
España mostró su molestia y rechazo ante esa visita, lo que provocó que Franco cerrara el consulado español en la capital inglesa. Pero la cosa no se quedó ahí, ya en tiempos de democracia, en 1981, el actual rey de los británicos, Carlos III anunció que tras su boda con Diana Spencer iniciarían su luna de miel visitando el peñón. Ello causó un gran enfado en el Gobierno de España y la consecuencia fue que ningún miembro de la Casa Real española acudiera a la boda en Londres.
Pero el tiempo lo cura todo, y de puertas para dentro las cosas son distintas, ya que la relación de Juan Carlos e Isabel fue siempre cercana. El ex jefe del Estado, que vive en Abu Dabi desde agosto de 2020, ha sentido mucho la muerte de la Reina británica pero no va a acudir al funeral en Londres. Ya ha mandado sus condolencias. En breve hablará con el nuevo Rey de los británicos, con el que le une una sincera amistad. Pero él es consciente de que el sitio en el funeral de Isabel II le corresponde a su hijo, que es el actual jefe de la Casa Real española. Ha dudado mucho, pero no quiere crear polémicas innecesarias en un momento tan triste para todos’ nos cuenta una persona muy cercana al emérito.
Los que si estarán presentes en el último adiós a la monarca inglesa serán Felipe VI y su esposa, la Reina Letizia, en un acto que tendrá lugar en la Abadía de Westminster. También es posible que los acompañe la Reina Sofía, quien guardaba, desde que eran jóvenes, una gran amistad con ella.
Vínculos estrechos
Una de las demostraciones más claras de la buena relación que han mantenido las dos familias durante toda la vida fue la visita, en el verano de 1986, de Carlos y Diana de Gales a Palma de Mallorca. El entonces Príncipe de Gales y ya proclamado rey de los británicos Carlos III, se instaló en Marivent con su mujer y sus dos hijos. Fue una estancia que se repitió durante tres años más, y aunque luego Lady Di confesaría que fueron los veranos más horribles de su vida, luego contaría en una entrevista que Carlos se marchaba siempre antes de la isla dejándola sola con los niños allí, lo cierto es que para la promoción de la isla fue todo un éxito.
Los vínculos de la monarquía española con Isabel II se mantuvieron a lo largo del tiempo y no se vieron afectados por el cambio de Rey en España en 2014. Fue un detalle, de trato de igual a igual, cuando al despedirse Felipe VI de la Reina británica tras la visita de Estado de 2017, el monarca español iba a hacerle una reverencia y ella le frenó despidiéndose con dos besos y un cariñoso abrazo. En 2019, los Reyes volvieron a Reino Unido para que don Felipe recibiera de manos de la soberana inglesa la Orden de la Jarretera.
Pero si con Isabel II la relación de Felipe VI era estrecha, hay que aclarar que, en el caso del nuevo rey británico, la que lleva la delantera en confianza y amistad es Letizia. La reina consorte española mantiene una estrecha relación con Carlos III, y la razón es que han coincidido en varias ocasiones solos y en ellas han descubierto que tienen muchas cosas en común.
La última vez que se vieron Letizia y Carlos III fue el pasado mes de abril, cuando el entonces Príncipe de Gales recibió a la esposa de Felipe VI para visitar juntos una exposición sobre arte español en el Bishop Auckland, en Inglaterra. Las imágenes del ya Rey de los británicos besando la mano de la reina española fueron muy comentadas, ya que este gesto solo se le había visto en público con su madre, la Reina Isabel II, y demostraba una relación muy estrecha entre ambos.
Se conocen hace bastantes años, han coincidido en bodas, entre ellas la de Guillermo y Kate, aunque en ese momento poco pudieron hablar. Pero fue cuando Carlos y Camilla visitaron España (2011) y ellos todavía eran Príncipes de Asturias, cuando se conocieron y se dieron cuenta de que tienen muchas cosas en común. Entonces ellos fueron los anfitriones del nuevo rey inglés y de su mujer y pudieron charlar tranquilamente. Entonces descubrieron que ambos son expertos en temas de nutrición, en cosas relacionadas sobre el medio ambiente, pudieron charlar animadamente sobre sus huertos y el arte, Carlos es un experto en historia del arte y a Letizia le pareció una compañía animada y de la que podría aprender mucho. Siempre dice que fue una grata y maravillosa sorpresa’ nos cuenta una amiga de la esposa de Felipe VI.
Otra prueba de amistad entre ambos ocurrió en 2019. Letizia viajó a Londres en solitario para visitar una exposición sobre el pintor Joaquín Sorolla en la National Gallery, el avión de la española sufrió retrasos por culpa del mal tiempo, y el ya proclamado Carlos III la esperó durante más de media hora. Algo que nunca se hace. No se llega tarde a una cita con la familia real británica, aunque sea culpa del mal tiempo. Sin embargo, él la espero y la recibió con todo el cariño. Doña Letizia se disculpaba una y otra vez y él solo le decía que no pasaba nada, que la espera había hecho que la visita le resultara más esperada’ nos cuenta la misma persona.
Así que, sin duda, la Reina Letizia es la nueva baza para jugar de la Casa Real española en sus relaciones con el nuevo Rey de los británicos, Carlos III. La muerte de Isabel II trae el inicio de una nueva etapa en la que la esposa de Felipe VI es una clara ventaja, que seguro sabe aprovechar.
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