La vida del príncipe Moulay Hassan de Marruecos (19 años), primero en la línea de sucesión al trono alauí, es más hermética que la de cualquier otro royal europeo o del mundo. Sus apariciones públicas son escasas -apenas dos al año-, sus fotografías son analizadas y seleccionadas al detalle y el control de los medios en el país del que algún día será jefe del Estado choca frontalmente con los derechos de sus ciudadanos a la libre información.
Pero el boom de las redes sociales ha provocado que no siempre se pueda tener todo bajo control. Mucho menos si las imágenes son posteadas desde otras naciones. Hace unas horas se ha viralizado en TikTok un vídeo de Moulay Hassan, donde aparece haciendo algo que puede ser muy común entre los jóvenes de su edad aunque no demasiado protocolario en el sentido más estricto y puro de la palabra.
En lo que parece un desfile oficial, en uno de los salones del Palacio de Rabat -su tío, el príncipe Moulay Rachid (52), aparece un segundo antes que él-, el primogénito del rey Mohamed VI (59) mira a cámara con gesto de duck face -en español, poniendo morritos- y realiza un divertido movimiento levantando sus dedos índice y corazón con las palmas de las manos hacia adentro.
Según Negotiantis, expertos en comunicación verbal y no verbal, "gesticular forma parte de nuestra comunicación no verbal. Sin embargo, no todos los gestos con las manos tienen el mismo significado en otros países. Si trabajas en un entorno internacional o tienes clientes extranjeros, debes saber que algunos gestos habituales pueden ser muy ofensivos".
Este ademán, realizado por el príncipe marroquí, en Reino Unido, Irlanda, Australia y Nueva Zelanda se puede entender como un desprecio o una burla. El significado lo aprendió el presidente George Bush, padre de George W. Bush (76), en Australia a principios de los 90.
En aquella visita, expresan desde la citada empresa de comunicación, los granjeros de Camberra estaban en plenas protestas por las subvenciones que el gobierno estadounidense ofrecía a sus agricultores, perjudicando indirectamente a los productos australianos. Bush les hizo el gesto de la V, en señal de paz, pero provocó el efecto fue el contrario: los agricultores lo interpretaron como un insulto.
Los miembros de las familias reales del mundo son representación e imagen, y el hecho de mostrar determinadas conductas o incluso sus sentimientos en público no está siempre demasiado bien visto a ojos de los más puristas. A fin de cuentas, Moulay Hassan de Marruecos no deja de ser un joven de 19 años y, aunque lleve una vida radicalmente distinta a la de la enorme mayoría de las personas de su país, no habrá sido este más un gesto sin mayor importancia.
Sus 19 en la Universidad
Moulay Hassan cumplió 19 flamantes años el pasado 8 de mayo. No fue un día ordinario ni en lo relativo a su vida personal ni institucional. Fue una jornada más que especial para el futuro soberano alauí, pues llegó en un momento clave para toda la cultura árabe en el mundo.
Pocos días antes, las explanadas de las principales mezquitas del país, así como otros lugares al aire libre preparados para la ocasión -y conocidos como musal-la-, acogían a miles de fieles en un rezo colectivo para concluir su mes sagrado: el ramadán.
Bien por la pandemia de coronavirus, bien por la extrema concentración en sus estudios universitarios y su correspondiente formación institucional, la imagen del príncipe Moulay Hassan apenas se ha difundido. Su última aparición pública registrada data del pasado abril, cuando asistió junto al Rey y a su tío Rachid a la cena ofrecida al presidente Pedro Sánchez (50) con motivo de su visita a Rabat.