Courtiers: The Hidden Power Behind the Crown, el nuevo libro del periodista de The Times Valentine Low, experto en la familia real británica, desvela mayores detalles sobre el Megxit. El autor expone cómo sucedieron los hechos, una vez que el príncipe Harry (38 años) y Meghan Markle (41) decidieron marcharse del Reino Unido.
De acuerdo con el texto, en enero de 2020, el duque de Sussex enviaba un correo electrónico a su padre, el rey Carlos III (73), en el que explicaba que él y su mujer tenían intenciones de vivir en Norteamérica porque no estaban contentos con la Corona. Sin embargo, se le informó que cualquier movimiento requería de una conversación familiar.
El propio Harry, explica el libro, ya había intentado tener esa charla con su abuela, la reina Isabel II, antes de marcharse a Canadá, donde entonces pasó las vacaciones de Navidad. Pero la conversación no fue posible, ya que la soberana no estaba "disponible".
Aquella respuesta, desvela un extracto del texto, enfureció al hijo de Carlos III. Harry creía que eran los cortesanos quienes habían impedido la reunión por temor a que fuera "un intento de convencer a la Reina", antes de tener una charla con toda la familia. "Existía el peligro de que dos personas interpretaran de manera muy diferente una conversación privada", explica una fuente cercana a la Corona.
"Harry, por un tiempo, consideró conducir directamente desde el aeropuerto a Sandringham para visitar a la Reina sin previo aviso. Eventualmente abandonó la idea, pero fue una señal de su frustración que incluso contemplara tal movimiento", explica el autor del libro.
Finalmente, la pareja anunció su salida de la Casa Real el 8 de enero, lo que da a entender que las conversaciones oficiales sí se llevaron a cabo. Aun así, en todo momento Meghan y Harry estuvieron enfadados por la rigidez del Palacio. Según el texto, los duques de Sussex se sintieron "arrinconados, incomprendidos y bastante infelices" por la situación que vivían.
El periodista Valentine Low explica que durante su proceso de negociación con la Corona, Meghan Markle y el príncipe Harry querían llegar a un acuerdo para "vivir parte del año en el extranjero, pero llevar a cabo algunos compromiso reales en casa". Los asesores de la fallecida soberana, por su parte, buscaron una solución y estudiaron cinco escenarios posibles.
Desde Palacio, comenta el periodista, consideraban que "cualquier cosa que hicieran Meghan y Harry se reflejaría en la institución". Por ello, en parte, la reina Isabel siempre puso una condición: "A menos que la pareja estuviera preparada para cumplir con las restricciones que se aplican a los miembros trabajadores de la Familia Real, no se les podía permitir llevar a cabo funciones oficiales". Una fuente real explica a Low: "Había una visión muy clara: no se puede estar entrando y saliendo".