La última medida de la reina Margarita de Dinamarca (82 años) no solo ha desatado la polémica en su país. También está provocando un cisma en la monarquía danesa. La decisión de despojar de sus títulos de príncipes y princesa a los cuatro hijos de Joaquín (53) ha contado con detractores y defensores a partes iguales. Los afectados y sus padres rechazan la voluntad de la soberana, mientras que su nuera Mary (50) y la princesa Benedicta (78) apoyan a la monarca.
"El cambio puede ser extremadamente difícil y puede doler mucho. Creo que la mayoría de la gente lo ha comprobado, pero esto no quiere decir que la decisión no sea la correcta", comentaba Mary de Dinamarca durante la inauguración de la conferencia internacional de la juventud, celebrada en el espacio de exposiciones Øksnehallen de Copenhague.
El mismo día, en la inauguración de un hogar de ancianos, se pronunciaba Benedicta, hermana de la reina Margarita. "Creo que, por supuesto, es difícil para ellos al principio, eso está bastante claro, pero mi hermana toma decisiones sabias. También como Reina. Piensa en el futuro y no aquí y ahora, y creo que eso es lo más importante", expresaba la Princesa y onceava en la línea de sucesión al trono danés.
La princesa Benedicta de Dinamarca en una imagen de archivo.
Aunque cumple con algunas funciones dentro de la Corona -incluso ejerce de regente cuando ni la reina Margarita ni el príncipe heredero, Federico (54), se encuentran en el país-, la princesa Benedicta y su familia son los miembros más desconocidos de la Corona danesa. A diferencia de sus hermanas, nunca se ha sentado en un trono. Por ello ha tenido menor exposición pública.
Benedicta es la mediana de su grupo familiar. La mayor es la reina Margarita de Dinamarca y la menor Ana María (76), la última reina consorte de Grecia al estar casa con el rey Constantino II (82).
La Princesa tiene tres hijos -Gustavo (53), Alejandra (51) y Natalia (47)- fruto de su matrimonio con el príncipe Richard zu Sayn-Wittgenstein-Berieburg, quien falleció el 13 de marzo de 2017. Todos ellos, bastante discretos. Sin embargo, en alguna ocasión su nombre ha saltado al foco mediático.
El mayor adquirió protagonismo este mismo verano tras casarse con la escritora estadounidense Carina Axelsson (54) después de años de lucha. Le costó casi dos décadas para revocar una cláusula estipulada en el testamento de su abuelo, el noble Gustav Albrecht de Sayn-Wittgenstein-Berleburg, que establecía que la esposa del jefe de la Casa tenía que ser de raza aria, noble y protestante.
Alejandra, la segunda hija de Benedicta, también se ha visto perjudicada en sus derechos como royal. Según el consentimiento de su abuelo materno, el rey Federico IX, no puede aspirar al trono porque debió haberse mudado a Dinamarca cuando comenzó su educación básica.
La menor, la princesa y jinete Nathalie zu Sayn-Wittgenstein-Berleburg, ha saltado al foco mediático, sobre todo, por su participación en los Juegos Olímpicos de Verano de Pekín 2008, donde obtuvo dos medallas de bronce.
La princesa Benedicta junto a su hermana y sus sobrinos en el Parlamento.
Crítica con las nuevas 'royals'
Como hermana de la reina Margarita, la princesa Benedicta suele acudir a los actos de la Casa Real en los que se reúne la familia completa. Siempre mostrando una imagen cordial y discreta.
La única que vez que su nombre generó cierto revuelo fue en 2019 tras la publicación de su autobiografía con motivo de su 75 cumpleaños. Benedikte: Una princesa real recogía una declaración de la Princesa en la que se mostraba crítica con la nueva generación royal de su familia.
"Cuando estamos en un evento, estamos allí para promover una causa. Estamos allí para dar una mención en el buen servicio de la causa y para apoyar a la organización en cuestión. Por lo tanto, no debemos vestirnos con un atuendo muy caro y extravagante. No creo que sea una buena idea", decía la hermana de Margarita de Dinamarca. Sus palabras, según comentó entonces la prensa danesa, podían haber estado dirigidas a sus sobrinas políticas, Mary y Marie (50). La primera estrena prendas con frecuencia y tiene cierta predilección por marcas costosísimas. Aunque en menor medida que su cuñada, la segunda también viste grandes firmas.