Las celebraciones del 12 de octubre dejaron un sinfín de anécdotas, y una confesión muy reveladora y personal por parte de la esposa de Felipe VI (54 años). Letizia (50) desveló ante los periodistas que cubrían la recepción el problema que padece en los pies, además de la ya conocida metatarsalgia. La Reina, que no prescindió de los tacones pese a no estar recomendados para sus dolencias, fue diagnosticada de neuroma de Morton el pasado mes de junio, aunque no se ha sabido hasta ahora.
Esta dolencia consiste en un engrosamiento del tejido de los nervios del pie, que provoca crisis muy dolorosas. A ella le afecta al izquierdo y, aunque es operable, los médicos especialistas le han desaconsejado que se someta a la intervención, al menos de momento. La razón está justificada: pasar por quirófano en muchas ocasiones no soluciona el problema porque es una zona bastante complicada de tratar.
La Reina, sin perder la sonrisa y con total naturalidad, dio a conocer este problema en un ambiente distendido. Aunque lo más aconsejable para mitigar las molestias que provoca sería abandonar el uso de zapatos altos, ella no parece dispuesta a hacerlo, al menos no en ocasiones tan especiales como la que tenía lugar el pasado 12 de octubre.
Uno de los trucos que suele utilizar para no sufrir tantas molestias cuando tiene que estar mucho tiempo de pie en sus actos institucionales es rebajar un poco la altura de sus salones, añadiendo una pequeña plataforma para así hacerlos algo más cómodos. Son muchos los modelos de su zapatero que han pasado por esta transformación que casi se podría decir que viene impuesta por prescripción médica y los de Magrit que eligió, repetidos, son un buen ejemplo.
Hay que fijarse bien, porque resulta casi imperceptible, pero llevan una suela doble. De este modo logró un plus de confort mientras presidía junto al Rey el besamanos en el Salón del Trono, que duró más de una hora, y el cóctel posterior celebrado en el Comedor de Gala para todos los asistentes. Había nada menos que 2.500 invitados pertenecientes a todos los sectores de la sociedad.
Fue durante estos corrillos improvisados donde Letizia se mostró cercana y habladora, compartiendo algunas confesiones como esta nueva dolencia que tantas molestias le provoca y a las que hay que sumar la de su metatarsalgia. Este problema produce dolor e inflamación en la zona media de la planta del pie y los tacones no hacen más que agravar los síntomas.
La Reina conversó sobre diferentes asuntos durante la recepción, por supuesto, y prestó especial atención a algunos de los asistentes cuya actividad profesional estaba relacionada con causas sociales y solidarias. Se la vio departir cariñosamente, entre otros, con Francisco Javier Trigueros, presidente de la Federación de Asociaciones de Personas Sordociegas de España, y con Begoña Arana, fundadora de Nuevo Hogar Betania, dedicado a recuperar a personas víctimas de la trata.