La visita al Pueblo Ejemplar 2022 ha estado marcada por un hecho inesperado: la ausencia de la infanta Sofía (15 años), que se ha sentido indispuesta y no ha podido asistir, tal y como informaba la Casa Real en un comunicado poco antes de empezar el acto. Al parecer, la hija menor de los Reyes empezó a encontrarse mal por la noche del viernes 28, tras asistir a la gala de entrega de los Premios Princesa de Asturias y no ha logrado recuperarse a tiempo para poder acompañar a la Familia Real en esta cita tan especial.
Se ha perdido una jornada marcada por anécdotas especiales, regalos, bailes y música. El año pasado, ella fue la absoluta protagonista cuando los vecinos de Somiedo la sorprendían poniéndole su nombre a un precioso mirador. Se quedó sin palabras y no pudo evitar la emoción. Este año, sin embargo, no ha vivido unos momentos que son muy recordados y que siempre acaparan la atención de los medios.
Nada hacía presagiar este contratiempo, ya que la infanta aparecía radiante en la tarde-noche del viernes 28 de octubre en la gala celebrada en el Teatro Campoamor con un vestido negro de lentejuelas modificado especialmente para ella, de El Corte Inglés. También lucía sus primeros zapatos de tacón para un acto oficial y el pelo recogido en una coleta alta. Sofía disfrutó de la entrega de premios y parecía cómoda con la atención que despertaba su increíble y brillante estilismo.
Se desconoce el tipo de afección que ha provocado que la hermana de Leonor (16) no haya podido desplazarse hasta Cadavedo para estar con su familia (parece que podría ser gastroenteritis), pero todo parece indicar que no reviste gravedad alguna. Simplemente, ha pasado muy mala noche y sus padres han preferido que se quede descansando en vez de cumplir con una ajetreada jornada en la localidad asturiana que este 2022 ha sido galardonada como Pueblo Ejemplar.
Sorprendidos al ver llegar a los Reyes y la heredera sin la pequeña de la familia y ante las preguntas de la prensa allí congregada, Letizia ha restado importancia a la dolencia: "Se encuentra bien, lo que pasa que no ha dormido en toda la noche, la pobre". Así calmaba los ánimos mientras todos saludaban a algunos de los vecinos y estrechaban sus manos con cercanía. La Reina, vestida de manera informal con un jersey de rayas y botines planos, y Leonor, con jersey rosa y deportivas.
Mientras Sofía se recuperaba y descansaba plácidamente, la Familia Real cumplía con un intenso paseo por Cadavedo, durante el que se entrevistan con diferentes vecinos del lugar, además de contemplar la belleza de este lugar, que se halla en la rasa marina, dentro del Paisaje Protegido de la Costa Occidental de Asturias, a 18 kilómetros de Luarca (capital del concejo) e integrada por el núcleo que le da nombre y las aldeas de Villamouros y Ribón.
Sin embargo, los contratiempos no terminaban ahí, porque contra todo pronóstico, la Princesa de Asturias también comenzaba a encontrarse mal y tenía que abandonar precipitadamente la localidad sin poder pronunciar el discurso, como estaba previsto. Nuevamente, era la Reina quien explicaba que su hija mayor también tenía molestias desde por la mañana, aunque "ha hecho un gran esfuerzo por venir". Seguidamente, fue ella quien sustituyó a Leonor al micrófono.
"Os voy a leer yo las palabras que ella había preparado para leer con todos vosotros en este día tan especial", ha dicho. Son estas: "Me hace mucha ilusión acompañaros esta mañana para entregaros el Premio al Pueblo Ejemplar, que habéis conseguido tan merecidamente. ¡Enhorabuena! Me gustaría mucho poder venir a la romería de La Regalina, que habéis celebrado hace poco, para disfrutar con vosotros de los grupos de baile y las bandas de gaitas, de las verbenas, de la rapa y los bollos preñaos, ver la rifa de las alfiladas, conocer al ganador del premio de poesía Fernán Coronas… Es lo que más me gusta de este lugar, que conserváis las tradiciones y hacéis lo posible por combinarlas con una economía sostenible. Por eso habéis mejorado tanto en servicios y habéis diversificado el modo de progresar, hasta lograr algo tan difícil en las zonas rurales como que la escuela siga muy viva y, cada vez, con más alumnos matriculados".
El discurso ha terminado de esta manera: "Hemos estado en la casa del padre Galo y me ha sorprendido la enorme cultura y la personalidad que tenía. Y, claro, no le faltaba razón cuando escribió ese verso en el que decía que si el Príncipe de Asturias —bueno, Princesa, en este caso— venía por aquí, escogería este lugar para hacerse una quinta enfloriada. Tengo muchas ganas de llegar a la ermita y ver ese hórreo precioso, símbolo de vuestra unión vecinal y que entre todos habéis salvado. Y luego podremos reunirnos y compartir un rato juntos. Gracias por ser ejemplares, por cuidar vuestro pueblo y vuestra economía; gracias por hacer que mi hermana y yo, y mis padres, los Reyes, hayamos podido ver la belleza de este lugar y conocerlo mejor; conocer también el espíritu generoso que está en el corazón de los asturianos. ¡Muchas gracias!".