Corinna Larsen (56 años) se ha convertido en la gran sorpresa de este martes 1 de noviembre al protagonizar un anuncio que promete volver a poner en jaque a la Casa Real española. La empresaria alemana, ligada sentimentalmente en el pasado con el rey Juan Carlos (84), ha lanzado un podcast de ocho capítulos en el que relata con todo lujo de detalles su relación con el emérito: desde los inicios de su aventura hasta su ruptura definitiva.
Un programa grabado a modo de entrevista llamado Corinna y el Rey que estará disponible a partir del próximo 7 de noviembre en las grandes plataformas, cuando se publicará oficialmente el primer episodio, llamado La Casita. A partir de ese día, cada lunes se podrá escuchar un nuevo capítulo que no dejará a nadie indiferente, pues la empresaria desvela detalles de la actitud del monarca: "Me llamaba diez veces al día y todos los días me mandaba flores y cartas".
Una 'venganza' por parte de Larsen de la que se saben los primeros retazos, pues se han dado a conocer detalles del primer episodio, a los que ha tenido acceso EL ESPAÑOL. En él se muestra cuál será la tónica clara de la serie radiofónica, que destapa una faceta de Juan Carlos muy sorprendente contada por esta mujer que tan bien le conoció.
En La Casita, se relata cómo se conocieron Juan Carlos I y Corinna en febrero del año 2004 en la finca La Garganta, en Ciudad Real, durante una cacería. "Era muy acogedor y amable, muy abierto, no parecía una persona regida", comienza explicando la alemana en el podcast.
En él da a entender que pese a su regia presencia nunca se sintió intimidada por él. De hecho, cuando quiso retirarse no dudó en pedirle permiso de manera directa. "Decidí pedir permiso para irme. Supuestamente no debes retirarte hasta que el jefe de Estado se haya ido, pero recuerda que yo crecí en este tipo de ambientes. Nunca sentí esta necesidad de ser totalmente sumisa ante los demás", desvela.
Una decisión que llamó la atención del resto de asistentes y que, para ella, era lo más normal del mundo pues se define como una mujer "muy libre". Ese fue el comienzo de la que, por sus palabras, ha sido la relación más importante de su vida: "Cuando la gente lo llama 'aventura' y me llaman 'la amante', no es que sea despectivo, es que no describe con precisión la profundidad y la amplitud de esta relación. Nunca me había sentido tan vinculada a alguien como con el Rey de España. En mi corazón él era mi esposo".
Se describe además a Corinna como a una mujer que nunca es intrusiva y siempre está en un segundo plano, "observando" y "aprendiendo". A Juan Carlos, por su parte, como a un hombre "guapo, simpático y poderoso" al que todo el mundo se quiere acercar pero que solo tenía ojos para ella.
Poco después, el Rey comenzó a llamarla a sus oficinas. Primero para consultas oficiales para después llegar a una conversación más ligera y mundana, en la que se contaban cómo iba su día y cuáles iban a ser sus planes más próximos. Un acercamiento que el padre de Felipe VI parecía querer llevar en total anonimato, pues cuando ella no se encontraba le dejaba un mensaje bajo un seudónimo: el señor Sumer, haciendo un acrónimo de 'Su Majestad El Rey'.
Aunque debería haber sido un nombre "en clave", continúa Corinna, cuando sus asistentes escuchaban la voz tan característica del soberano, "retumbante y distintiva", al final todos sabían que se trataba de él. Al poco empezó a mandarle mensajes desde su teléfono personal. "Fue un poco surrealista porque jamás me hubiera imaginado que hubiera ocurrido algo así. Pero él era muy divertido y bastante persistente, de una manera graciosa. Es conocido por ser uno de los mayores seductores en el mundo de la realeza", añade.
Una definición que ya se había usado anteriormente para Juan Carlos y que explica con detenimiento: "Es muy bueno cuando coquetea con mujeres, es muy hábil detectando la personalidad del otro y lo que le interesa. Es un don que tiene, se acerca a la gente y sabe cómo tiene que tratar a las personas".
Esas largas semanas de llamadas, tan extensas que llegaban a durar horas, que desembocaron en una comida celebrada en el hotel Ritz de Madrid, donde se hospedaba Corinna. Una primera cita que dio comienzo a una historia que su propia protagonista desgrana al detalle.