Este lunes, 14 de noviembre, ha salido a la luz el tercer episodio de Corinna y El Rey, el podcast en el que la empresaria relata con detalles su relación con Juan Carlos I (84 años). En el capítulo, titulado Envidia, la alemana desvela cómo fue su primer encuentro con la reina Sofía (84) en La Zarzuela.
Corinna (56), tal y como relata, recibió una invitación de Juan Carlos I para hacer un tour exclusivo por La Zarzuela, acompañada de un amigo de ella. En concreto, un famoso director de orquesta que en aquel momento se encontraba en Madrid.
Corinna accedió a la invitación porque el Rey le aseguró que no había forma de que se encontrase con la emérita. "Había oído sobre lo hostil que podía ser la reina Sofía y lo obsesionada que estaba con esta relación. Así que tenía bastante miedo de poner un pie en el palacio, a menos de que tuviera un cien por cien seguro que mi visita no iba a interferir con su presencia".
En el relato aseguran que La Zarzuela es un palacio bastante modesto para los estándares de cualquier casa real. En tres plantas y bajo un techo de pizarra se distribuyen 11 dormitorios y nueve baños. Lo que más llama la atención es su extravagancia tecnológica, "crucial" para el funcionamiento de la residencia. "Un pasillo vigilado con una puerta electrónica separa a la reina Sofía y a sus empleados del equipo del Rey y de su vida", explican en el podcast.
El tercer episodio desvela que ni la reina Sofía ni cualquiera de su personal tenía acceso al área del rey Juan Carlos para evitar que se espiaran entre ellos. El emérito contaba con una zona completamente separada para él, donde, tal y como explica Corinna, contaba con fotografías de ella y sus hijos. "Creo que él quería que yo viera que lo que me había estado diciendo era realmente cierto", explica la alemana.
A pesar de esta marcada separación en La Zarzuela y de que el Rey insistió en que Sofía no estaba en el palacio, el encuentro entre Corinna y Sofía fue inevitable. Según Juan Carlos, solo estarían ellos y los más de 120 empleados que allí trabajan.
"Acompañé a mi amigo e hicimos un tour por las salas oficiales de la planta baja", cuenta Corinna. "Todo pasa en un segundo. Las puertas se abren de repente y la reina Sofía irrumpe en la habitación con cara de furia", relata la empresaria. En ese momento, todas las miradas se dirigieron hacia la emérita, pero ella solo puso atención en la amante de su marido. "Saludó al invitado y luego me señaló a mí y dijo algo así como: 'Sé quién eres'".
En ese instante, el Rey se quedó atónito. Completamente desconcertado, "parecía incapaz de responder a esta reacción de hostilidad que estaba teniendo lugar frente a la mirada de otras personas", dice Corinna, describiendo ese momento como "una escena bastante vergonzosa".
La narradora del podcast asegura que la empresaria se deleitó al ver cómo la Reina estaba creando drama. "No es una actitud digna para alguien de su edad. Tampoco era necesario. Creo que en realidad provocó que sintiera aún más pena por ellos. Ella estaba tratando de hacerlo tropezar y luego confrontarlo y hacerlo vergonzoso para él. Probablemente estaba defendiendo su territorio", dice Corinna.
Esa fue la primera y única vez que la empresaria puso un pie en La Zarzuela. Sin embargo, volvió a toparse con la reina Sofía en otra ocasión. Tuvo lugar en Riad, la capital Arabia Saudí. Corinna acompañaría al Rey a una visita con fines 'amistosos' y económicos. Entonces, el rey Juan Carlos estaba detrás de un proyecto particular, el ave a La Meca.
Viaje de tres
De camino al aeropuerto para alcanzar a la delegación, Corinna se enteró que la reina Sofía se unía al viaje. Según el relato del podcast, la emérita evitaba que la alemana se involucrara en los asuntos de España.
Corinna viajó en el avión oficial del Gobierno español. "Me senté en la parte de atrás con otras personas de la delegación y llegamos a Riad", cuenta. Al aterrizar, la reina Sofía sonrió con suavidad y cogió el brazo del Rey. Él vestía un traje beige y ella una chaqueta de lunares. Los eméritos pasaron por una fila de guardias reales hasta encontrarse con rey Abdalá de Arabia Saudí. La empresaria, mientras tanto, se situaba detrás de todos.
En aquel viaje, la Reina mantuvo una intensa agenda. Corinna, por su parte, se quedó en un segundo plano. Sin embargo, cumplió con su función de llevar a cabo estrategias de negocio. Corinna estaba para firmar alguno de los acuerdos y contratos más importantes de España que, finalmente, no se materializó.
El viaje duró tres días, "infernales" para Corinna, quien no consiguió montarse en el avión del Gobierno al momento de marcharse. La empresaria voló a Londres sola.