La vida de la amante de Juan Carlos I (84 años) es digna de una telenovela en la que ella no es la única protagonista. Philip Adkins, primer marido de Corinna Larsen (58), adquiere estos días un papel principal en la polémica suscitada por el pódcast Corinna y el Rey. La razón es que su nombre aparece en varios momentos del relato: durante el safari de Botsuana en 2012 y en la falsa Navidad que le montaron al emérito un año más tarde.
El capítulo, titulado Matar a Dumbo, se centra en aquel viaje al país africano, donde el padre de Felipe VI (54) se rompió la cadera. Fue tal el revuelo, que se vio obligado a pedir disculpas públicamente. Se da la circunstancia de que Adkins también viajó a Botsuana para participar en esta cacería, pues, pese a estar divorciado de la que fuera su mujer, mantenía una buena relación con ella. Fue Corinna quien le presentó a Juan Carlos de Borbón y se hicieron amigos.
Precisamente por ser testigo de todo lo que allí sucedió, Philip no ha dudado en desmentir lo contado por Larsen. Según la versión de Corinna, el emérito sufrió una aparatosa caída de madrugada, tras una noche de fiesta. "Me quedé a solas con el Rey y me dijo: 'No me acuerdo, pero creo que anoche me caí'. Sin embargo, su exmarido tiene otro relato completamente diferente.
"Lo que dice es totalmente falso... Ella es una mujer inestable y peligrosa", declaró en el pódcast, en el mismo en el que se negó a participar pese a que los creadores le invitaron a hacerlo. No es la primera vez que la desmiente, ya que en 2018 daba una versión idílica de su experiencia en Botsuana: "Fue un privilegio estar allí. Corinna, su hijo y yo pasamos unos días buenísimos en la sabana africana, lo pasamos muy bien y tenemos unos recuerdos maravillosos. Fue un accidente terrible y estar en un sitio en el que no sabes exactamente dónde está la cabina o la altura de la cama… te desorienta. Es un accidente humano y es terrible. Creo que fue muy desafortunado que el Rey se cayera y se rompiera la cadera", expresó a Vanity Fair.
Un año después del comentado viaje, el empresario británico vuelve a tener un papel fundamental en la relación de Larsen y Juan Carlos de Borbón al poner a su disposición su maravillosa casa de campo para que celebraran anticipadamente las fiertas. Adkins fue el anfitrión de esta Falsa Navidad, como se llama el episodio del pódcast donde ella cuenta todo lo que sucedió allí. "Philip no parecía entender el problema. Él haría lo que fuera por pasar más tiempo con el Rey", comenta Corinna.
Aunque la alemana y su exmarido fueron cómplices durante mucho tiempo, hoy la armonía entre ellos se ha roto. La pareja se conoció en 1989 en París, cuando Corinna tenía 21 años. Él ocupaba un importante cargo como banquero de inversiones en Citigroup, la mayor empresa de servicios financieros del mundo, y regresaba de una aventura en Australia. "Unos amigos organizaron una cena de fin de viaje en París e invitaron a Corinna, que vivía entonces allí. Fue amor a primera vista", recordaba hace unos años en una entrevista.
En 1991 llegó la boda y en 1992 nacía su única hija, Nastassia Adkins (29), con la que Corinna no mantiene relación en la actualidad. La historia de amor terminó en 1994 y decidieron divorciarse, aunque en aquel momento el acuerdo fue amistoso y ambos mantuvieron la relación de amistad. En 2002 ella volvería a casarse con el aristócrata alemán Johann Casimir zu Sayn-Wittgenstein (46), con el que tuvo a Alexander (20), su hijo pequeño.
En 2004, unos meses antes de separarse por segunda vez, Corinna comenzó su relación clandestina con el emérito. Adkins fue testigo de excepción de todos estos acontecimientos por la cercanía a su exmujer y gracias a ella entabló una relación estrecha con Juan Carlos I, no exenta de polémica. De hecho, en 2015 se vio involucrado en una presunta trama de blanqueo de dinero con ramificaciones internacionales en el marco de la investigación al Rey por supuesto cobro de comisiones durante el ejercicio de su cargo.
Cuestiones legales aparte, lo cierto es que el primer marido de Larsen y el emérito tenían muchas cosas en común, entre ellas la pasión por la caza, que es lo que les llevó a Botsuana. También la equitación, pues Philip cría caballos de carreras en una granja de Inglaterra. El papel de este empresario en la vida de Corinna y particularmente en el romance que ha vivido con Juan Carlos I es fundamental. Como ella misma cuenta en el pódcast, conoció al entonces rey de España en una cacería en la finca La Garganta, ubicada en Guadalajara. Los conocimientos de Larsen sobre armas fueron cruciales en el primer encuentro con el Rey. ¿De quién lo aprendió? De su primer marido."Yo fui el primero que la llevó a África. Fue en 1991, en nuestra luna de miel. Le compré su primer rifle y la enseñé a cazar", ha dicho Adkins.
En la actualidad, la vida de este empresario nada tiene que ver con la de Corinna, con la que rompió relaciones antes de que salieran a la luz pública las grabaciones de su exmujer hablando de su romance con el emérito, en 2018. Entonces ya arremetió contra ella sin piedad. "¿De verdad piensa alguien en España que está tratando con una persona honesta y estable? Vamos, hay muchas pruebas en su forma de expresarse en privado que indican que Corinna es una sociópata narcisista", dijo en declaraciones a la revista Vanity Fair.