La enfermedad de Carlos III que le provoca una gran hinchazón en los dedos de las manos y los pies
El monarca padece una dolecia que si bien no reviste gravedad, sí puede ser muy molesta en el día a día.
26 noviembre, 2022 01:40Un supuesto y fallido compromiso matrimonial con María Astrid de Luxemburgo (68 años), la fastuosa boda y traumático divorcio con Diana de Gales y ahora su relación con Camilla Parker Bowles (75). Antes de su llegada al trono, la vida sentimental de Carlos III de Inglaterra (74) ha dado para mucho, unas idas y venidas amorosas que han servido para ir conociendo un poco mejor al nuevo Rey del Reino Unido.
Sin embargo, hay un aspecto físico que hasta hace relativamente poco tiempo había pasado desapercibido. Al margen de la polémica sobre el enfado mostrado por el monarca durante la firma de unos documentos cinco días después de llegar al trono, la imagen de Carlos III empuñando una pluma sirvió, entre otras cuestiones, para que la opinión pública reparara en sus dedos, que mostraban una gran hinchazón.
Las suspicacias se acabaron rápidamente: Carlos III padece dactilitis, un problema de salud que se manifiesta a través de la inflamación de las articulaciones de los dedos, bien en las manos bien en los pies. La expresión vulgar con que se conoce a esta enfermedad, 'dedos de salchicha', es muy gráfica.
Grandes molestias
Dejando a un lado la dactilitis del pie, nos vamos a centrar en la que afecta a los dedos de la mano, ya que ese es el diagnóstico del protagonista de esta noticia. Como decíamos antes, la principal sintomatología de la dactilitis tiene que ver con la inflamación de las articulaciones, una hinchazón que viene dada por la acumulación de líquido sinovial. Por tanto, este problema de salud puede tener una incidencia directa en la actividad diaria, sobre todo ante cualquier ejercicio que conlleve la acción manual. Incluso se han dado casos de pacientes con un avanzado grado de dactilitis que no pueden cerrar los puños.
Desde el ámbito médico relacionan esta afección con la artritis (ya sea psoriásica, reumatoide o reactiva), aunque en algunos casos puede estar conectada directamente con otros problemas mucho más complejos, desde la gota hasta la tuberculosis. Otra de las peculiaridades de la dactilitis es que no tiene por qué manifestarse de manera uniforme, es decir, que cada dedo puede sufrir una inflamación diferente, e incluso que este problema se dé solo en una de las manos.
A la hora de establecer un diagnóstico, los médicos suelen realizar una serie de pruebas, comenzando por la lógica búsqueda de articulaciones inflamadas, una exploración que se complementaría con la observación de posibles anomalías en las uñas. Después se realizaría una radiografía para poder examinar con más detalle la articulación afectada y, a continuación, se procedería a realizar unas pruebas complemetarias con el objetivo de descartar otro tipo de enfermedades, como el caso de la gota.
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La buena noticia es que, a pesar de las molestias evidentes que causa, la dactilitis puede rebajar de forma notables sus síntomas si el paciente sigue un tratamiento adecuado. En este sentido, el médico puede prescribir medicamentos antireumáticos para aliviar el dolor en los casos de artritis psoriásica. Para los de artritis reumatoide se suele optar por los corticoesteroides, aunque si los problemas de rigidez son demasiado pronunciados se puede pasar por el quirófano. Por último, en los pacientes con artritis reactiva se suele recomendar el uso de antibióticos, ya que este problema viene derivado, generalmente, de algún tipo de infección.