Corinna Larsen (58 años) continua relatando con todo lujo de detalles cómo fueron los diez años, aproximadamente, que pasó junto al rey Juan Carlos (84) como su pareja. Este jueves, día 1 de diciembre, EL ESPAÑOL accedió al avance del que será el sexto capítulo del pódcast Corinna y el Rey, un episodio llamado La sangre es más espesa.
A lo largo de los breves minutos de duración del teaser, la empresaria germano-danesa habla de un encuentro casual con la reina Sofía (84) en un hotel en Nueva York, de los 65 millones de euros que Juan Carlos I le reclamó tras habérselos regalado previamente, de las presuntas amenazas recibidas por parte del Rey y de por qué le dijo "no" hasta dos veces tras la petición de matrimonio.
"Me llevó a uno de los salones y, básicamente, me dijo que me amaba, que quería casarse conmigo y que quería vivir conmigo para siempre. Entonces, me pidió matrimonio. ¡Otra vez! Otra propuesta de matrimonio", relata Larsen.
[Tensión en Nueva York: el día que Corinna y la reina Sofía coincidieron alojadas en el mismo hotel]
Corinna detalla que Juan Carlos está nervioso, que le tiembla la voz y que lo ve como un ser indefenso pidiendo algo que sabe que no va a ser posible. Lo único que no podía poseer aquel "niño caprichoso" que exigió una copa de vino estando medicado y con la cadera rota en el vuelo que lo trajo de urgencia de Botsuana a España tras su caída.
Ella, por su parte, sigue teniendo en su caja fuerte el enorme diamante de compromiso que el Rey le regaló en 2009. Pero ya es tarde, el amor romántico se ha acabado por parte de ella. Ya no le ama. "No", le respondió Corinna, que reflexiona: "Me di cuenta de que un rey católico nunca podría divorciarse". Juan Carlos se extraña y le pregunta: "¿No?".
"No", replica ella, tajante, por segunda vez. La empresaria es consciente de que nunca tendría un lugar de verdad en la vida pública de Juan Carlos, ni en el corazón de los españoles, ni en la Casa Real. Su padre, además, estaba a punto de morir y la idea de que el soberano estuviera, mientras tanto, con otras mujeres le provocaba angustia.
"Tienes a cientos de personas a tu alrededor tratando de convencerte de que esa sería la mejor decisión que podrías tomar, porque estás podrida, y mira todos esos medios hablando de ti. Él estaba rodeado de personas que, claramente, querían hacerle feliz y lo animaban a seguir con este plan tan loco. Y lo tendría que hacer, simplemente, porque debes complacer al Rey. Ahí es cuando te das cuenta de que, para todos, sólo eres una plebeya que sólo tiene que hacer lo que le dicen. A mí no me criaron ni educaron así", sentencia Corinna.
Desde el exaspero, Juan Carlos I juega una última baza: ofreció a Corinna Larsen un título nobiliario si aceptaba su propuesta de matrimonio. Según desvela la empresaria, se habría convertido en Su Alteza Real la Princesa de Borbón, un título completamente falso y que no la sedujo en absoluto. Experta en los devaneos de las casas reales, Corinna es más que consciente de que es un hecho que él no puede divorciarse de Sofía: "Todo era una fantasía. No me lo tomé en serio. Me lo tomé, como lo que era, un hombre bastante desesperado".