Un lunes más, la empresaria Corinna Larsen (58 años) ajusta cuentas con el rey emérito Juan Carlos I (84) a través de su ya célebre pódcast Corinna y el Rey. Este lunes, 5 de diciembre de 2022, se ha emitido un nuevo capítulo, titulado La sangre es más espesa, el lavado de dinero.
Este episodio deja al descubierto no sólo la obsesión de Juan Carlos con Corinna -"El Rey apunta como un rifle a su presa", "Conseguirla se ha convertido en una emocionante cacería"-, también el día en que el rey emérito vuelve a pedirle matrimonio en una escapada al campo con el exmarido de ella y cómo, durante un viaje a Nueva York, coincide Larsen con la reina emérita Sofía (84) en un restaurante.
En ese establecimiento, siempre según Corinna, Sofía de Grecia buscó un "enfretamiento" con ella. Pero antes de este pasaje, el nuevo episodio comienza con ese viaje campestre junto al exmarido de ella, Philip Adkins. Este hombre, según Larsen, estaba "involucrado" en el cortejo: invitó a Juan Carlos y Corinna a su casa de campo. "Por supuesto, nunca nos quedamos en la misma habitación y todo estaba muy claro", asegura la empresaria.
[Tensión en Nueva York: el día que Corinna y la reina Sofía coincidieron alojadas en el mismo hotel]
Tan claro que el Rey termina "capturando" a Corinna. "Me llevó a uno de los salones y, básicamente, me dijo que me amaba, que quería casarse conmigo y vivir felices para siempre", narra Larsen. Juan Carlos se muestra "un poco nervioso" ese día. Añade Corinna: "Me pidió que me casara con él". La alemana intenta no reírse ante esta nueva propuesta de matrimonio. No obstante, en el pódcast se sostiene que esta vez "hay algo más extraño" en la petición de matrimonio.
Corinna corta el dolor de Juan Carlos I de raíz: le responde un categórico no. "Me di cuenta de que el Rey, católico, nunca podría divorciarse", reflexiona ella. El que fue rey de España durante 40 años frunce el ceño ante su negativa. "Corinna no es estúpida, su papá se estaba muriendo y él mientras, quién sabe dónde, con otra mujer", aseguran en el documental.
"Tienes a cientos de personas tratando de convencerte de que ésa sería la mejor decisión que podría tomar porque estás podrida y mira todos esos medios hablando de ti. (Juan Carlos) estaba rodeado de personas que, claramente, querían hacerlo feliz y lo animaban a seguir con este plan tan loco. Lo tenía que hacer porque 'debes complacer al Rey'. Ahí te das cuenta de que para todos eres una plebeya que sólo tienes que hacer lo que te dicen y esa no es la forma en que me criaron", asevera, rotunda, Corinna.
Juan Carlos no acepta ese no, e intenta tentarla con un título que la haga parecer parte de la Familia Real: Corinna sería Su Alteza Real, la princesa de Borbón. "Un título completamente falso", apostillan en el pódcast. Corinna sabe que es un hecho impepinable que él no puede divorciarse de Sofía. "¿Qué espera, que viva como su concubina?", se pregunta Corinna zu Sayn-Wittgenstein.
Para remachar: "Todo era una fantasía, no me lo tomé en serio. Su deseo insaciable por las mujeres y el dinero se lo está tragando vivo". En este episodio número seis se aborda, además, la abdicación del rey Juan Carlos en 2014. Pese a este momento histórico para España y la Familia Real, la consorte de Juan Carlos no cancela su agenda y tiene una importante reunión en la oficina de las Naciones Unidas en Manhattan, dado que ella es presidenta honorífica de la Comisión Nacional Española de UNICEF.
El destino quiso que Corinna y Sofía coincidieran en el mismo hotel, The Mark, un pequeño cinco estrellas del Upper East Side. Larsen hizo lo que pudo por no encontrarse con la emérita: "Ella y yo ahora nos encontrábamos en un espacio extremadamente estrecho, con dos ascensores para todo el hotel. Un pequeño vestíbulo y una entrada con una salida. Todos los paparazzi estaban fuera y de alguna manera me volverían a culpar. Porque ya me habían culpado de todo y yo estaba como 'oh, Dios mío, también me van a responsabilizar de la abdicación'".
Ese día, Corinna se enteró de que Sofía iba a comer en el restaurante del hotel, y la empresaria germano-danesa quedó con un amigo, el fotógrafo y cineasta Julian Schnabel, en un restaurante cercano. No obstante, la sorpresa llegó cuando la mujer de Juan Carlos I estaba allí. "Ella estaba allí con una amiga y me miró fijamente. Cuando entré fue casi como si estuviera buscando un enfrentamiento para decir: 'La pobre víctima, la esposa traicionada el día de la abdicación de su esposo y aquí está la horrible amante'".
A la salida del local, Sofía de Grecia atendió a los medios de comunicación apostados en la puerta, y habló de la abdicación de su marido: "Todo va a seguir igual. La continuidad con mi hijo, que ya está al tanto de todo. No hay ningún problema en el cambio. El cambio va a ser totalmente tranquilo. La continuidad va a seguir con el Príncipe. No va a haber ningún problema. Estamos todos en la misma idea".
Corinna Larsen opina en su pódcast de esta comparecencia de la monarca: "No parecía haber ninguna emoción, ningún arrepentimiento, ninguna palabra amable para su esposo. Creo que fue premeditado que ella estuviera fuera del país cuando eso sucedió".
Termina Corinna Larsen el capítulo hablando de su ruptura con Juan Carlos. Decidió no continuar con su turbulenta historia porque vio que su vida estaba "en peligro".
"Cuando una expareja discute se necesitan dos para bailar el tango, pero sabes que esto no ocurre siempre. Hay miles de ejemplos de hombres que no pueden aceptar que su expareja se mude o no quiera estar más con ellos. Y las mujeres son asesinadas, desfiguradas, abusadas físicamente. Es un problema enorme y estos casos se cuentan por miles en todo el mundo. Yo estaba lidiando exactamente con el mismo tipo de obsesión con la que están lidiando otras víctimas", sostiene Larsen en La sangre es más espesa, el lavado de dinero.