Si hay algo que ha quedado claro a lo largo de los seis episodios de Harry y Meghan, el documental de Netflix de los duques de Sussex en el que cuentan, con sus propias palabras, desde cómo se conocieron a cómo salieron de la Familia Real británica, es que su relación con los medios de comunicación es radicalmente horrible.
Especialmente con el Daily Mail, el tabloide de Reino Unido al que llegaron a demandar por publicar una carta privada que Meghan Markle (41 años) envió a su padre, Thomas Markle (78), tres meses después de la boda, pidiéndole que dejase de hablar de los Windsor en la prensa americana.
Lo que nadie podía esperar es que el príncipe Harry (38) acusara directamente al citado medio de provocar el aborto involuntario que sufrió su esposa, Meghan, en julio de 2020. "Estaba embarazada, apenas dormía y la primera mañana en la que nos despertamos en nuestra nueva casa, en Santa Bárbara, sufrí un aborto", expresa la exactriz en el sexto episodio.
Y prosigue su marido, el príncipe Harry: "Estoy convencido de que mi mujer, Meghan, sufrió un aborto por culpa del Daily Mail". Sin embargo, a continuación, matiza. "¿Sabemos con certeza que el aborto lo provocó eso? Obviamente, no. Pero, si tenemos en cuenta la falta de sueño, la fase del embarazo y de cuántas semanas estaba, puedo decir, por lo que vi, que sufrió un aborto por lo que ellos estaban intentando hacerle".
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Fue en noviembre de 2020 cuando la duquesa de Sussex desveló en The New York Times que había sufrido un aborto involuntario estando embarazada del que iba a ser su segundo hijo. Bajo el título Las pérdidas que compartimos, la esposa de Harry se sinceró en una durísima carta donde contó, con el dolor de una madre que espera con ilusión a un segundo hijo, y lo pierde, que fue justo al cambiar los pañales a Archie (3) cuando sintió un fuerte calambre con el que cayó al suelo.
"Me dejé caer al suelo con Archie en mis brazos, tarareando una canción de cuna para mantenernos tranquilos a ambos... La alegre melodía de la nana contrastaba con la sensación de que algo no estaba bien. Sabía, mientras abrazaba a mi primer hijo, que estaba perdiendo al segundo", empezaba diciendo.
"Horas más tarde, yacía en una cama de hospital, sosteniendo la mano de mi esposo. Sentí la humedad de su palma y besé sus nudillos, mojados por nuestras lágrimas. Mirando las frías paredes blancas, mis ojos se pusieron vidriosos. Intenté pensar en cómo superaríamos de esta situación", escribió la duquesa en su día y así también lo recoge en el último episodio de su documental.
Y concluyó: "Perder un hijo significa cargar con un dolor casi insoportable, experimentado por muchos pero del que pocos hablan. En el dolor de nuestra pérdida, mi esposo y yo descubrimos que en una habitación de 100 mujeres, de 10 a 20 sufrieron un aborto espontáneo. Sin embargo, a pesar de la asombrosa similitud de este dolor, la conversación sigue siendo tabú, plagada de vergüenza injustificada y perpetuando un ciclo de duelo solitario. [...] ¿Estás bien? Estaremos".