Todos los ojos están puestos en el príncipe Guillermo (41 años) y Kate Middleton (40) desde que la prensa británica informara que el heredero y su mujer no estarían pasando por su mejor momento como matrimonio. Este pasado fin de semana, diarios como The Daily Mail, The Mirror o The Sun aseguraron que el futuro Rey habría sido infiel a su esposa con la modelo, Rose Hanbury. Su relación extramarital, sin embargo, no sería reciente.
La historia de amor del príncipe Guillermo y Rose Hanbury salió a luz por primera vez en abril de 2019. Entonces los medios locales aseguraron que el hijo de Carlos de Inglaterra (74) mantuvo encuentros furtivos con su supuesta amante cuando Kate Middleton estaba embarazada de su tercer hijo, Louis Arthur Charles (4).
La información no tardó en viralizarse y puso en el foco al futuro Rey, quien tras el revuelo mediático se vio obligado a desmentir la noticia. Lo hizo a través de un comunicado difundido por su equipo jurídico. El 12 de abril de 2019, el gabinete legal de Londres, Harbottle y Lewis, emitió el siguiente texto: "Además de ser falso y dañino, la publicación de la falsa especulación respecto a la vida privada de nuestro cliente también constituye una violación de su privacidad, conforme al artículo 8 del Convenio Europeo de Derechos Humanos".
Desde entonces, Rose se ha mantenido en un segundo plano. Kate Middleton, que era su amiga, rompió relaciones con ella y ha hecho lo posible por apartarla de la Corona. Antes, la modelo solía acudir a actos benéficos organizados por los príncipes de Gales o a grandes cenas de galas en el palacio de Buckingham. En una de ellas, celebrada en julio de 2017, estuvieron presentes los Reyes de España, Felipe VI (55) y Letizia (50).
Entonces, la visita de Estado de los monarcas españoles al Reino Unido llamó la atención por la presencia de Rose, sentada junto al príncipe Harry (38) en la cena de gala. La prensa la llamaba "la amiga glamourosa de Kate Middleton".
Rose, sin embargo, no era una extraña de Buckingham ni una amiga cualquiera de los príncipes de Gales. La exmodelo es la esposa de David Rocksavage (62), el séptimo marqués de Cholmondeley. Además, es nieta de Lady Elizabeth Longman, compañera de juego de la reina Isabel II y dama de honor en su boda con el duque de Edimburgo.
En los últimos cuatro años se ha mantenido muy discreta, centrada en su trabajo y en su reservado perfil de Instagram. Rose Hanbury maneja su propia cuenta, donde muestra las fotos de los impresionantes jardines de su casa y alguna instantánea al lado de su marido y sus hijos. También recurrió a su red social cuando murió la reina Isabel II y antes, tras el fallecimiento del duque de Edimburgo. Más allá de estas cuestiones, su nombre no había vuelto a trascender hasta ahora, cuando los medios británicos aseguran que tuvo una cita romántica con el príncipe Guillermo el Día de San Valentín.
El pasado sábado, 18 de febrero, la prensa local informó que el primogénito de Diana de Gales habría celebrado el Día del amor junto a su supuesta amante. Según los periódicos ingleses, el príncipe Guillermo y la exmodelo fueron vistos disfrutando de una cena romántica.
El encuentro se produjo sólo días después de que el Daily Mail informara que habían escuchado a Kate Middleton expresar en una floristería que no esperaba que su marido le regalase flores por el Día de San Valentín, puesto que ya no era una tradición en la pareja. Entonces no se le dio mayor importancia al comentario, pero este pasado fin de semana, tras el nuevo encuentro entre su marido y su supuesta amante, las palabras de la princesa cobraron mayor fuerza.
Hasta ahora, tanto los príncipes de Gales como la Casa Real han guardado silencio al respecto. De hecho, un día después de que se divulgara la polémica noticia, Kate Middleton y Guillermo reaparecieron en la alfombra roja de los Premios BAFTA muy sonrientes y cómplices. Lejos de mostrar distancia, se mantuvieron cercanos y muy unidos. La princesa, incluso, coqueteó con su marido, dándole una palmada en su parte trasera. Un gesto cariñoso que dejó a todos boquiabiertos y que demostró que entre el matrimonio no existe crisis alguna. Al menos, delante del público.