Rose Hanbury (38 años) se ha convertido en la protagonista de la crónica social desde que el pasado fin de semana salió a luz su cita romántica con el príncipe Guillermo (40) el Día de San Valentín. La información la daba a conocer la prensa británica, dando a entender que el heredero y Kate Middleton (41) no estarían pasando por su mejor momento como matrimonio. Aunque parecían tener una relación intachable, los príncipes de Gales atravesarían una crisis similar a la que protagonizaron Carlos III (74) y Lady Di cuando Camilla Parker Bowles (75) interrumpió su unión. La historia se repite, pero con ciertos matices.
Con la ola de noticias que han surgido en los últimos días, Rose Hanbury ya ha sido catalogada como la nueva Camilla Parker. Aunque actualmente es la reina consorte, durante un largo tiempo fue conocida como la amante del entonces príncipe Carlos. La misma denominación recibe ahora la exmodelo y marquesa de Cholmondeley.
El affaire entre el príncipe Guillermo y Rose Hanbury no es reciente. En 2019 ya se hablaba de ello. Entonces se filtraron unas imágenes comprometedoras de ambos en un club nocturno, en las que se intuían besos y caricias, a pesar de que el humo y las luces moradas del local no dejaban ver la escena con claridad.
La tercera en discordia no es una extraña en Buckingham ni una desconocida para Kate Middleton. En su día, se dio la misma situación con Camilla Parker Bowles. La actual reina consorte nunca fue una desconocida para Lady Di ni para el resto de los Windsor.
La exmodelo es la esposa del séptimo marqués de Cholmondeley y nieta de Lady Elizabeth Longman, compañera de juego de la reina Isabel II y dama de honor en su boda con el duque de Edimburgo. Además, fue vecina de Kate y Guillermo cuando estos residían en el condado de Norflok. Gracias a aquella cercanía Rose y la princesa de Gales formaron una amistad que terminó rompiéndose en 2019.
Aunque con algún matiz, la historia recuerda al triángulo amoroso entre Carlos, Diana y Camilla. El rey conoció a su actual esposa mucho antes de empezar su relación con la princesa del pueblo. La familia de ambos, al igual que ocurre con los Windsor y el entorno de Rose Hanbury, tenían cierta relación. En 1970, durante un partido de polo, la actual reina le dijo al monarca: "Mi bisabuela era la amante de tu tatarabuelo. Siento que tenemos algo en común".
Aunque Carlos quedó prendado de Camilla y salieron durante un tiempo, su relación no pudo ser. Al menos, oficialmente. Ella se casó con Andrew Parker Bowles y él, más tarde, con Diana Spencer.
Carlos y Camilla, sin embargo, mantuvieron el contacto e incluso, la actual reina consorte y Lady Di entablaron una amistad cuando los padres de Guillermo y Harry (38) eran novios. Una cercanía parecida a la que tuvieron hasta hace cuatro años Kate Middleton y Rose Hanbury. En el libro The Duchess: Camilla Parker Bowles and the Love Affair that Rocked the Crown, Penny Junor cuenta que Diana visitaba a menudo la casa de campo del matrimonio Parker Bowles. Entonces, las dos mujeres, que después se convirtieron en rivales, se llevaban bien.
En ambas situaciones, la amistad se tambaleó cuando saltaron las sospechas de infidelidad. En el caso de Diana, mucho antes que en el de Kate. Lady Di se dio cuenta de que entre Carlos y Camilla había un affaire cuando estaban comprometidos. La relación entre Middleton y Rose Hanbury, en cambio, se deterioró cuando la princesa y su marido ya estaban casados y con dos hijos en común.
Aunque conocía la historia, durante muchos años Diana intentó mantener la imagen de matrimonio perfecto. Fue así hasta que se filtraron unas conversaciones entre Carlos y Camilla, que terminaron por confirmar la infidelidad del actual rey. Ahora es Kate Middleton quien estaría preservando su intachable relación. Sólo un día después de que saliera a la luz la cita romántica entre el heredero y Rose Hanbury, los príncipes de Gales reaparecieron cómplices, sonrientes y con la química de siempre en la alfombra roja de los premios BAFTA.
A pesar de la polémica, tanto Kate como Guillermo han seguido el curso de su agenda de compromisos con total naturalidad. La misma línea han llevado Carlos, Camilla y hasta la prensa británica, que se mantiene en un silencio ensordecedor. Aunque fue la prensa local la que abordó el tema de la infidelidad por primera vez, misteriosamente, en los periódicos ingleses ya no hay rastro de esta polémica noticia que acaba con la imagen idílica y perfecta de quienes aspiran a convertirse en Reyes del Reino Unido.