La reina Isabel II ya forma parte de la historia de Inglaterra y sigue muy presente en los corazones de los británicos y de su familia. No se trata de una mera frase hecha, parece que su espíritu está haciendo de las suyas en el Castillo de Windsor, donde vivió los últimos años. Así lo ha revelado Sarah Ferguson (63 años) en una entrevista concedida a una revista estadounidense.
La exmujer del príncipe Andrés (63), que se hizo cargo junto a él de los dos perros de la soberana cuando ésta murió, vive en Royal Lodge, donde se están produciendo sucesos muy extraños. Pese a su divorcio, tanto Sarah como el duque de York siempre han mantenido una excelente relación y han compartido casa, por lo que ahora es muy probable que ella también se traslade a Frogmore Cottage tras la decisión de Carlos III (75) de expulsar a los Sussex para que su hermano se instale allí.
Cuando esto se haga efectivo, Muick y Sandy, los corgis de Isabel II también se irán con ellos. Los animales son muy intuitivos y desde que desapareció su dueña tienen un comportamiento bastante peculiar, según cuenta Fergie. Para ella, cuidarlos lo mejor posible es un deber y un gesto de homenaje a la Reina. "Son iconos nacionales, así que cada vez que corren persiguiendo una ardilla, entro en pánico", ha dicho en People.
Sus constantes ladridos a veces la vuelven loca, pero cree reconocer el motivo de tanta excitación. "Son una alegría total y siempre pienso que cuando le ladran a la nada, y no hay ardillas a la vista, creo que es porque pasa la Reina", confiesa. Hay muchas teorías sobre la especial sensibilidad que tienen los perros para percibir presencias y Sarah también lo cree en cierto modo.
No sólo ha hablado de fenómenos paranormales, la madre de las princesas Eugenia (32) y Beatriz (34) también ha declarado que Isabel II era su "ídolo total" y que tenía la capacidad de conseguir que las personas a su alrededor se sintieran bien. Al ser preguntada por la polémica del príncipe Harry (38) y Meghan Markle (42) dijo: ""No creo que nadie tenga derecho a juzgar a otro, así que no me veo capaz de emitir ningún juicio. Yo he sido juzgada toda mi vida, y prefiero no dar mi opinión sobre los Sussex". Muchos lo han interpretado como un apoyo velado a la pareja.