Mientras los Sussex cada día están más apartados de la Familia Real británica, Eduardo de Inglaterra (59 años) y su esposa adquieren un papel muy relevante, especialmente tras recibir un nuevo e importante título por parte del Rey, cumpliendo el deseo expreso de Isabel II. Ahora, el menor de los Windsor es duque de Edimburgo, tratamiento que usó su padre hasta su muerte, y Sophie Rhys-Jones duquesa; antes eran condes de Wessex. La pareja real se ha estrenado en el cargo visitando Edimburgo para honrar la ayuda que se ha prestado a los refugiados ucranianos desde el comienzo de la guerra hace un año.
Durante la recepción, se reunieron con voluntarios y miembros de la diáspora ucraniana y de Europa del Este, incluidas familias que han hecho de la capital de Escocia su hogar. Fueron recibidos con mucho cariño y se les vio en todo momento cercanos y muy felices, especialmente a la nueva duquesa, que vestía de azul como guiño a sus anfitriones eligieron el color de la bandera.
Sophie Rhys-Jones (58) estrenaba un diseño de Roksanda Ilincic, el modelo Adele, con mangas abullonadas, largo midi y un precio de 1.700 euros. Lo acompañó con unos salones nude de Prada y lució un abrigo en blanco roto de Max Mara con una bufanda a juego para los momentos de exteriores. Su sonrisa lo decía todo, se siente muy honrada con su nuevo tratamiento.
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El hermano menor de Carlos III (75) tampoco podía ocultar su felicidad y tuvo palabras de agradecimiento para los presentes. "Muchas gracias por darnos la bienvenida a Edimburgo hoy, en un día muy especial y un poco abrumador para mí y mi esposa, ahora duquesa", dijo Eduardo y se le quebró la voz al pronunciar la última parte de la frase haciendo referencia a la madre de sus hijos. Éste es un título muy especial para Sophie, que fue usado por Isabel II desde su matrimonio en 1947 hasta su ascensión al trono, en 1952. La fallecida soberana siempre quiso que su nuera favorita lo heredara, pues tenían una relación muy especial. Su muerte fue un duro golpe para ella, a la que se vio muy emocionada en el funeral. Eduardo y su mujer tienen claro cuál es su nueva misión: "El nuevo duque y la duquesa de Edimburgo se enorgullecen de continuar con el legado del príncipe Felipe de promover oportunidades para que los jóvenes de todos los orígenes alcancen su máximo potencial".
El estatus de la pareja ha experimentado un importante ascenso con este nombramiento, lo que también hará que su agenda institucional sea aún más importante de lo que ya es. Sophie es uno de los miembros más valorados de la Casa Real por su entrega y su discreción. El nuevo duque de Edimburgo también, pues siempre ha mantenido un perfil bajo alejado de escándalos y polémicas.
Durante su visita a Edimburgo charló distendidamente con varias personas que le esperaban en el camino a las Cámaras de la Ciudad, a lo largo de la Royal Mile, parándose a cada momento y contestando algunas preguntas. Lo mismo sucedió con la duquesa que, además, tuvo la oportunidad de conocer a una pequeña ucraniana que le hizo entrega de un ramo de flores.