Máxima de Holanda (51 años) es una de las royals que más gasta anualmente en ropa para atender sus compromisos institucionales. Su armario está repleto de prendas de prestigiosas firmas, con las que deslumbra en cada aparición. La visita de la Reina a Milán (Italia) ha desatado un sinfín de comentarios debido a sus arriesgados estilismos, no aptos para amantes de la moda clásica y protocolaria. No han sido del gusto de muchos, que critican su atrevimiento considerándolo impropio para el cargo que ocupa.
Sin embargo, la esposa del rey Guillermo (55) sabe bien lo que hace y por qué lo hace. Hay una razón clara detrás de la elección de estos looks que tienen que ver con el motivo de esta cita de su agenda y que explican la manera en la que ha decidido ir vestida para atender los distintos actos que ha presidido.
Aterrizó en la ciudad italiana el martes 18 de abril para asistir a la Semana del Diseño de Milán y encontrarse con los diseñadores holandeses que allí exponen. El primer encuentro fue con Petra Blaisse, que le mostró el parque que diseñó, el Parco Biblioteca degli Alberi. Allí Máxima sorprendió con un trench repleto de agujeros, como un queso Gruyère, sobre un pantalón palazzo azul y un top a juego.
Se trata de un modelo de Claes Iversen, diseñador danés residente desde hace muchos años en Países Bajos, que tiene una presencia importante en el vestidor real. El diseño pertenece a la colección Alta Costura SS19 79Au, del año 2019, aunque no lo había estrenado hasta ahora. Se trata de una muestra con el oro como protagonista (de ahí que el nombre de la colección lleve el símbolo químico de este metal precioso) y repleta de formas escultóricas y de aberturas en formas circulares. Una prenda perfecta para un evento que está relacionado con el diseño, la arquitectura y el interiorismo. A los expertos en el estilo de Máxima les sonará de algo, porque en el años 2021 ya llevó otra pieza de esa temporada igualmente atrevida, con la que no dejó a nadie indiferente. Fue en un viaje de estado a Noruega y la Reina no dudó en lucir un vestido azul con los mismos agujeros a la cena de gala en el Palacio Real de Oslo. En aquella ocasión fue bastante criticada al tratarse de un evento formal, no como éste al que ha asistido en Milán, más de trabajo.
Siguiendo la misma línea, la soberana holandesa volvía a confiar en un estilismo de Iversen para su segundo y último día en Italia, con otro de los vestidos que están en la lista de polémicos. En color dorado, tiene un buen número de brazaletes de distintos tamaños en las mangas y está inspirado en los anillos que se colocan en el cuello las mujeres de algunas tribus africanas. Está modificado porque el original es largo, pero la Reina prefirió llevarlo en su versión midi. Lo estreno en 2019 y lo ha elegido en varias ocasiones. Por si no fueran suficientes destellos, le añadió un clutch metalizado de la firma Begüm Khan, de latón chapado en oro con raíz de zafiro que cuesta 3.690 euros. Era una reunión de mañana, pero a ella no le importó brillar como si fuera un evento de noche.
En esta última etapa de su viaje a Milán estuvo en el Palazzo dei Giureconsulti, donde la comisaria Nicole Uniquole ha reunido las colecciones de más de setenta interioristas y empresas holandesas. La royal argentina habló de artesanía con los alumnos de la Wood and Furniture College de Róterdam y Ámsterdam y luego dio un aplaudido discurso. "Qué gran placer es estar en la bella Milano' y qué maravilloso día he tenido visitando el Salone del Mobile y varias comunidades de diseñadores en toda la ciudad. Un día es demasiado corto para verlo todo. Pero todavía me ha dado una impresión bastante buena del esplendor creativo del diseño moderno y el impacto que tiene en nuestra sociedad y entorno de vida", empezó diciendo en un perfecto inglés. Y prosiguió: "Lo que me sorprende repetidamente es la maravillosa simbiosis entre los diseñadores italianos y holandeses. Italia y Holanda sacan lo mejor de cada uno. La ciudad de Eindhoven en particular tiene una estrecha conexión con Milán. Estética italiana y audacia holandesa: ¡juntos una receta para el éxito!".
Máxima sabe de estética y de éxito y su admiración por las creaciones más originales de Claes Iversen lo demuestra. Además de las tres piezas anteriormente mencionadas, atesora en su ropero otros vestidos igualmente llamativos. El último el diseño rojo de escote barco y mangas abullonadas con el que deslumbró en la cena de gala con el matrimonio Macron durante la visita del Presidente de la República francesa a Holanda.