En su intento por renovar la monarquía y buscando hacer frente a la crisis económica que aqueja a Reino Unido, Carlos III (74 años) ha querido tener una coronación más corta, con menos asistentes y algo más discreta que la de su madre, Isabel II, en 1953. A pesar de ello, tendrá un coste más elevado, llegando a duplicar la cifra que pagaron los británicos hace siete décadas.
Ni el Gobierno de Reino Unido ni el Palacio de Buckingham han confirmado el precio exacto de la Operación Golden Orb, el nombre que recibe el protocolo real que dicta todos los detalles del ascenso al trono de Carlos III y Camilla (75). Pero según la prensa británica, la cifra ascendería a 100 millones de libras (115 millones de euros).
Con este coste, la coronación del rey Carlos, prevista para este sábado 6 de mayo, se convierte en el evento más caro de la historia reciente de Reino Unido. Ni la coronación de Isabel II -valorada en 50 millones de esterlinas- ni sus diferentes Jubileos ni los Juegos Olímpicos alcanzaron un coste tan alto.
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Parte del despliegue por la coronación de Carlos III.
De acuerdo con los medios locales, la mayor parte del presupuesto se lo lleva la seguridad. La coronación contará con 2.000 invitados, entre los que se encuentran jefes de Estado de múltiples países y destacadas personalidades de todos los ámbitos sociales.
"Las estimaciones para el rey Carlos son el doble, debido a cosas como la seguridad, que no eran un problema tan importante en ese entonces", comentó una fuente a The Sun, comparando la coronación de la reina Isabel II con la de su hijo.
La Operación Golden Orb incluye el enorme dispositivo de seguridad que el Gobierno británico ha diseñado para este hecho histórico y asegurar que todo transcurra sin altercados. Francotiradores en los tejados y oficiales de secreta, así como escáneres estilo aeropuerto, perros rastreadores, lectores faciales y una zona de exclusión aérea sobre el centro de Londres son algunas de las medidas. Más de 29.000 policías velarán por la seguridad.
Las flores que decorarán la coronación de Carlos III.
Aunque el presupuesto no se ha hecho público, bien se conoce que cada detalle tiene un precio. A la seguridad se añaden cuestiones como el transporte, la decoración, la música o los eventos de entretenimiento que amenizarán cada rincón de Reino Unido durante tres días.
La coronación de Carlos y Camilla tendrá lugar el sábado, pero Buckingham también tiene previsto diferentes actos de celebración las dos jornadas posteriores. El domingo 7 se realizará un concierto en Windsor, con la participación de iconos de la música global. Mientras que el lunes 8 ha sido declarado feriado bancario. Este festivo también genera un coste. Según un informe del Centro de Investigación Económica y Empresarial, cada feriado bancario en el Reino Unido le cuesta al país alrededor de 1.360 millones de libras esterlinas "en pérdida de productividad".
Por tratarse de un evento estatal, informa la prensa local, la coronación la pagarán los contribuyentes británicos. Está financiada por el Gobierno de Reino Unido y, de acuerdo con los medios ingleses, el Palacio de Buckingham también aporta una parte no revelada. Dicha decisión, según desvelan las encuestas, ha digustado a la mitad de la población. Teniendo en cuenta la crisis del costo de vida que enfrenta el país, muchos catalogan el magno evento como "un despilfarro de dinero".
El rey Carlos III, durante un acto en Reino Unido.
A pesar de la cifra desmedida, el Gobierno británico insiste en que la coronación de Carlos III y Camilla es una gran ocasión para atraer turistas y la inversión de empresas. Por otro lado, una fuente dijo a The Sun que el dinero se recuperará con la atención y el interés que generará en todos los rincones del planeta.
"Los derechos de televisión en todo el mundo cubrirán con creces el coste, y será un gran impulso para el turismo. Ya se están reservando hoteles para el fin de semana de la coronación", decía una fuente días antes del evento. La prensa, tras contactar con firmas consultoras, exponen que la coronación generará mil millones de libras esterlinas adicionales a la economía de Reino Unido.