Todavía no es Rey, pero está ejerciendo como tal mientras su padre, Harald de Noruega (86), permanece ingresado en el hospital debido a una infección. El príncipe Haakon (49) ha cogido el testigo, dando un paso al frente en su futuro como monarca y convirtiéndose en el gran protagonista de la monarquía de su país.
En las últimas semanas, Haakon se ha hecho cargo de la Corona, llevando a cabo ciertas funciones que no son propias de su agenda actual. Esta semana, el Príncipe ha ejercido de anfitrión durante la visita del presidente de Italia, Sergio Matterella (81), a Noruega. El mandatario ha estado acompañado de su hija Laura, mientras que el heredero ha contado con el apoyo de su madre, la reina Sonia (85), y su mujer, la princesa Mette-Marit (49).
Dos días antes, el Príncipe noruego ya asumía los compromisos del rey Harald y participaba en las celebraciones del Día de la Liberación de la ocupación alemana. El acto se llevaba a cabo sólo dos jornadas después de que acudiera a la coronación de Carlos III (74) y Camila (75) en Londres.
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Entonces el rey Harald no había sido ingresado, pero aún así, Haakon era el encargado de representar a la monarquía noruega en un acto de gran repercusión mundial. No lo hacía solo. A su lado se encontraba su mujer, Mette-Marit, quien se ha convertido en su mejor compañera en los últimos 21 años.
A pesar de las polémicas que desencadenó su matrimonio, en los tiempos recientes Mette-Marit ha demostrado que está lista para asumir el papel de Reina consorte cuando Haakon ascienda al trono.
Su matrimonio no fue visto con buenos ojos por la condición de plebeya de Mette-Marit, quien además llegaba a la Familia Real como madre soltera y arrastrando un polémico pasado que le ha costado borrar. Durante su infancia, la mujer de Haakon lidió con el alcoholismo de su padre. Más tarde, en su juventud, coqueteó con las drogas y tuvo polémicos romances. De hecho, de su relación con Morten Borg, que fue condenado por traficar con cocaína, nació su primogénito, Marius (26).
Pese a las críticas, en la historia de Haakon y Mette-Marit triunfó el amor y ahora ella, a bases de esfuerzo y trabajo, cuenta con la aprobación y el apoyo de los noruegos en su camino a convertirse en Reina consorte, una vez que su marido se convierta en el Rey de Noruega.
Como matrimonio, Haakon y Mette-Marit también han tenido que sortear ciertas críticas relacionadas con sus hijos, Ingrid (19) y Sverre Magnus (17). En 2014, los herederos causaron malestar en el pueblo noruego porque los pequeños salían de la escuela pública para acudir a colegios privados, pagando 25.000 euros por ambos y desmarcándose de la línea educativa de la Familia Real.
Tanto el rey Harald V como el príncipe Haakon estudiaron en la escuela pública Smestad, en Oslo, y por ello el cambio de idea de los herederos resultaba incomprensible. Aún así, una vez más, el futuro monarca y su mujer no se dejaron llevar por los comentarios y actuaron según su convicción.
Pero al margen de estas polémicas y de un escándalo financiero debido al alquiler de cinco viviendas situadas en su residencia, el palacio de Skaugum, y por el cual pidió perdón públicamente, Haakon no ha perdido el foco en su camino como futuro Rey de Noruega. En ocasiones, y sobre todo tras la criticada relación de su hermana, Marta Luisa (51), con el chamán Durek Verret (48), el heredero ha confesado que se siente "muy responsables con la institución". Sus últimos pasos, mientras su padre permanece ingresado, refuerzan sus palabras.
Amigo de Felipe VI
El príncipe Haakon de Noruega mantiene una bonita amistad con el rey Felipe VI (55), quien en sus años de juventud solía viajar al país escandinavo. Su vínculo es tal, que el monarca español es uno de los padrinos de Ingrid, la hija mayor del futuro soberano noruego.
Felipe VI fue designado como uno de los padrinos de bautizo de la heredera, pero no pudo estar presente porque se encontraba inmerso en los preparativos de su boda con Letizia (50). A cambio, 15 años más tarde, ejerció de padrino de confirmación de la hija de Haakon de Noruega.