Durante el año, no se ven tanto como desearían pues viven en distintos lugares y han de cuadrar sus respectivos calendarios, pero hay ocasiones especiales en las que no puede faltar una reunión familiar. Así pues, el pasado viernes 9 de junio, la infanta Cristina celebraba anticipadamente su 58 cumpleaños con sus cuatro hijos, haciendo una pequeña escapada cultural y gastronómica.

Aunque siempre tratan de pasar inadvertidos es imposible que lo consigan, su pertenencia a la familia del Rey hace que sean el centro de todas las miradas vayan donde vayan. Es lo que sucedió en dos de los restaurantes que visitaron, sorprendiendo a los comensales que en ese momento disfrutaban de una relajada comida.

Pese a lo privado de la visita, la Infanta aceptó hacerse algunas fotografías inmortalizando las visitas con los responsables de sendos establecimientos. Feliz, sonriente y muy relajada pese a las tensiones que está viviendo a causa de la negociación de su divorcio, estaba encantada de poder pasar tiempo con Pablo (22), Juan (23) y Miguel (21), ya que Irene (18) reside con ella en Suiza.

[La infanta Cristina cumple 58 años: el misterio que rodea a su divorcio con Urdangarin y su reencuentro en Ginebra]

En la noche del viernes 9, los cinco cenaron en Casa El Pisto, una taberna cordobesa inaugurada en 1880, por la que han pasado míticos toreros y que actualmente visitan muchas personalidades del mundo del deporte, la cultura o el espectáculo. Cristina, sencillamente vestida con un pantalón camel y una camisa blanca, dio una sorpresa al dueño, Rafael López Acedo, y a todo el equipo con su inesperada visita. 

EL ESPAÑOL ha hablado con el restaurante para conocer algunos detalles de esa noche. "Fue todo un honor poder recibirlos", aseguran orgullosos. Aunque se muestran reticentes a comentar aspectos "privados" de la visita, sí confirman a este medio que la hermana de Felipe VI (55) y sus hijos "probaron la comida tradicional de nuestra cocina, como el pisto y el rabo de toro". 

Terminada la cena, tanto Cristina como Irene y Juan posaron en uno de los salones. La benjamina del clan con vaqueros y una sahariana verde, muy pegada a su madre para quien ha sido su gran apoyo en el último año. El mayor, también muy sonriente, agarraba a su hermana por la cintura, luciendo también un estilismo muy informal, con pantalones denim y polo gris.

Durante el fin de semana, la Infanta y sus vástagos también disfrutaron de un almuerzo privado en otro emblemático establecimiento, el restaurante Ermita de la Candelaria, que tiene mucha relación con la Casa Real. El pasado mes de abril, durante la visita de Letizia (50) a Córdoba para asistir a la tercera jornada del 'Tour del Talento' ella también visitó al chef Javier Campos y su equipo, que además fueron los elegidos para servir el catering del almuerzo con el que se agasajó a la Reina.

Cristina, más elegante que en la anterior visita, optó por un vestido de flores tipo camisero. Nuevamente, se fotografió con el dueño y los trabajadores del restaurante, acompañada esta vez por Pablo, con una camisa pastel, Miguel, con polo marrón y nuevamente por Irene, que vestía pantalones azules fluidos y camiseta básica de escote pico en blanco.

Cristina y sus hijos en el restaurante Ermita de la Candelaria. Redes sociales

No será la única celebración para el clan Urdangarin, ya que se espera que todos se desplacen hasta Ginebra para asistir a la fiesta con la que la benjamina pone de largo su recién estrenada mayoría de edad. También irá su padre, Iñaki (55), y la reina Emérita. Quizá la infanta Cristina tenga algo más por lo que brindar, ya que parece que la firma de su divorcio sería inminente.