Camisa blanca, pantalones cargo en tonos tierra y botas del desierto de Panama Jack. Todo ello coronado, por supuesto, con el chaleco rojo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). La reina Letizia (50 años) concluyó este miércoles, 14 de junio, su viaje a Colombia cuyo objetivo era dar a conocer y visibilizar el trabajo de cooperación que España hace por todo el mundo.
La Reina es un pilar fundamental para la AECID, un testigo que recibió de la emérita Sofía (84) cuando Felipe VI (55) ascendió al torno con ella a su lado como consorte. Desde su primer viaje de cooperación hasta este último que acaba de concluir, Su Majestad ha evolucionado y mejorado en todos los sentidos.
Una vez más, Letizia ha roto esquemas. Y si en 2019, en República Dominicana, llegaba a lucir vestidos de Carolina Herrera y pendientes de diamantes, en los últimos años, sobre todo después de la pandemia, su uniforme se ha ceñido al citado en la primera línea de este artículo. Pero ¿cuáles son los mensajes que quiere enviar la Reina con su look de cooperante? ¿Por qué ha decidido dejar en su vestidor algunas de sus prendas más especiales?
[Las imágenes más tiernas de Letizia en su primer día en Colombia: volcada en los niños y jóvenes]
Para dar respuesta a estas preguntas, EL ESPAÑOL ha contactado con la estilista y colaboradora de televisión en programas de moda Paloma González-Durántez y con Marina Fernández, directora de Comunicación y Relaciones Internacionales del Grupo Escuela Internacional de Protocolo. "Estoy mucho más de acuerdo con el outfit o la estética elegida por Letizia en la actualidad que en el pasado. En los viajes de cooperación no hay protocolo a la hora de vestir, y la Reina, al elegir el chaleco rojo de la cooperación española con ese tipo de pantalón logra mostrarse más cercana", declara Paloma González-Durántez a este medio.
Y continúa: "Además, ella tiene un trato muy directo con las mujeres, los niños y las personas desfavorecidas en este tipo de viajes. Allí se tratan temas muy importantes, como el hecho de tener o no agua corriente. Aparecer vestida de Carolina Herrera y luciendo joyas, lo que hace es sacarla de la realidad y colocarla en una posición absolutamente incorrecta que distorsionaría el objetivo de su presencia en ese país".
"Letizia ha ido a mejor, cada vez es más cercana y consciente de la situación real del ciudadano de a pie. Cuanta más experiencia tiene, más se da cuenta de lo que habla la ropa. Cuando se trata de una boda real o de un evento donde la etiqueta exija costura, ir bella es importante, porque ella cuida mucho su imagen, pero hay ambientes o países, lugares más humildes, a los que se debe ir más discreta. Así lo transmitirá a la gente que la vea, en persona y a través de los medios. Es un poco lo que hacía Lady Di, que era una gran it girl, pero luego se iba de misiones a ayudas humanitarias e iba con un vaquero y una camiseta blanca".
Por su parte, Marina Fernández afirma que la Reina ha ido adquiriendo más seguridad con el paso natural del tiempo en su posición institucional. "Es verdad que doña Letizia comienza su participación en viajes de cooperación tratándolo a nivel de etiqueta y de comunicación como si de una visita oficial se tratara dentro de cualquier otro ámbito. Poco a poco, sobre todo cuando se afianza más en su papel como reina, cuando está más segura de su agenda, decide que este tipo de viajes no deben ser tratados como viajes oficiales, sino de cooperación".
La experta en protocolo interpelada por este medio indica que el mensaje de la Reina es claro: ella es una cooperante más. "Doña Letizia deja sus Carolina Herrera en el armario para otro tipo de viajes y aparece con el chaleco rojo de la cooperación. El mensaje está claro: soy una jugadora más de este equipo, en este tipo de viaje la fuerza tiene que estar puesta sobre el proyecto y no sobre mi imagen. Lo que ella de verdad querría es que habláramos de lo que sucede en ese viaje y no de su ropa".
"En el viaje a Paraguay del año pasado", recuerda Fernández, "hubo una polémica importante porque la Diputada Nacional Celeste Amarilla, en sesión plenaria, sin presencia de Su Majestad, le echó en cara que por qué no se había puesto uno de sus vestiditos, preguntándole 'si es que el pueblo paraguayo no los merecía'. Eso fue un problema porque esta señora de la oposición usó el protocolo como un arma arrojadiza para criticar la visita de Su Majestad la Reina", expresa Fernández.
La directora de Comunicación y Relaciones Internacionales del Grupo Escuela Internacional de Protocolo pone en valor la estrategia de la reina Letizia y de la Casa Real dado que "el chaleco ya no es noticia. Ya sabemos que en un viaje de cooperación va a llevar el chaleco rojo, pero es interesante observar la imagen de la primera dama colombiana. Ella, sabiendo que Letizia va a utilizar esa etiqueta, se adapta. Eso nos dice que esa estrategia de comunicación de Casa Real está teniendo éxito".
Para concluir, Fernández no puede por menos que aplaudir el hecho de que Letizia haya llevado unos pantalones de hombre, de la firma Mango Man, abriendo camino a la moda genderless. "Y lo que más me gusta de todo son los pantalones de hombre de la Reina. Doña Letizia, apostando por la moda genderless, es un paso adelante, es un apoyo de la institución hacia una sociedad más moderna".