La princesa Leonor (17 años) comenzaba este pasado jueves 17 de agosto su nueva vida en la Academia General Militar (AGM) de Zaragoza, un punto de inflexión en su trayectoria profesional por el que también pasaron su padre, el rey Felipe VI (55), y su abuelo, Juan Carlos I (85).
La dama-cadete Borbón llegaba a las inmediaciones del centro a media mañana junto a otros 612 cadetes (140 de ellos, mujeres). Tan solo un día después, la Casa Real compartía las primeras imágenes de Leonor con la ropa militar. Casi una semana después, este 22 de agosto, se ha conocido que la Princesa ya ha realizado la primera salida desde su ingreso.
El pasado domingo 20 de agosto, mientras su madre, Letizia, (50) y su hermana, la infanta Sofía (16) se encontraban en Sídney viendo la final femenina de fútbol, ella estaba merendando con sus compañeros en el bar El Tuno, en el centro de Zaragoza.
"Nos sentimos muy orgullosos y muy contentos de que haya estado con nosotros la princesa de España el pasado domingo. Fue un momento muy importante para nuestro negocio y nuestras vidas. Vino con sus compañeros de la Academia y todos tuvieron un comportamiento excelente", señala al Heraldo de Aragón Isidro Francés, dueño del local.
La Princesa aprovechó para disfrutar de un rato fuera de las puertas de la Academia con el resto de cadetes. Un relajado plan de merienda con sus compañeros. En lo que respecta a su estilismo, Leonor optó por un look de incógnito, compuesto de gafas de sol, una camisa rosa y un pantalón negro. "Ella fue una más del grupo", en palabras del gerente.
Hasta el establecimiento se desplazaron una veintena de jóvenes militares -entre ellos, la princesa de Asturias- para degustar los platos del bar. Esto es, bocadillos, hamburguesas, pizzas ensaladas, raciones de nuggets, croquetas y patatas bravas, entre otras.
"Fue un honor y un orgullo. Ella se mostró muy agradable. Creo que algún cliente les hizo foto, aunque iba acompañada por dos policías secretos (que envía la Casa Real). Para nuestro negocio es muy importante que haya venido la princesa. Sus escoltas fueron muy correctos y se sentaron en otra mesa separada de los cadetes", ha asegurado Francés al medio.
Sus nuevos compañeros
Leonor llegaba a la AGM con su padre, madre y hermana para mostrarle su apoyo y despedirle de ella. Después de aquel entrañable momento, se pudo ver a la heredera cargando personalmente con su maleta y charlando con sus compañeros de primer curso antes de cruzar las puertas del interior del edificio.
Natural y muy cercana, no dudó en prestarle un bolígrafo a una de las chicas con las que coincidió en la cola que, al parecer, necesitaba uno y no había llevado. "Yo creo que tengo uno", señaló. Así, abrió su bolso blanco y se lo ofreció.
Leonor convivirá con más de 600 cadetes y entablará amistades con muchos de ellos. Su relación con el resto de los compañeros será de especial relevancia para la Princesa. Ya se lo decía el Emérito en una carta a su hijo fechada en 1984 en las que hablaba de ello: "Esa relación que se adquiere en las academias militares perdura a través de los años y supone el vínculo más fuerte que puede imaginarse entre quienes comparten la profesión de las armas".