Era un frío 14 de diciembre cuando la Casa Real de Tailandia daba una impactante noticia. La princesa Bajrakitiyabha (45 años), hija mayor del rey Maha Vajiralongkorn y de su prima, Soamsawali, la primera de sus cuatro esposas, perdía el conocimiento mientras entrenaba a sus perros para una competición canina. La primogénita del soberano era ingresada de urgencia en el hospital Chulalongkorn de Bangkok a causa de un problema cardiaco.
El Palacio Real informaba de ello asegurando que se encontraba "estable hasta cierto punto" mientras varios de sus órganos dependían de máquinas para su correcto funcionamiento. Días después, la oficina de comunicación confesaba que la princesa seguía inconsciente y que el problema radicaba en una bacteria que provocó la "inflamación del corazón" y una "alteración grave del ritmo cardíaco". Ese fue el último comunicado que la Familia Real emitió sobre su salud. Ahora, un año después del suceso, el misterio de la royal sigue sin resolverse.
Desde aquella fecha clave que marcó un punto de inflexión en la Corona del país asiático, las informaciones sobre Bajrakitiyabha han sido escasísimas y su familia mantiene secreto sepulcral.
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Así, el Jefe de Estado ha cesado todas las noticias sobre la supuesta heredera al trono -su padre nunca ha hecho oficial quién será su sucesor- y ha pedido a las autoridades que organicen rezos constantes y multitudinarios y que sigan depositando ofrendas para su "buena salud", señala.
Las decenas de retratos de la tailandesa que inundan el país se entremezclan con las especulaciones sobre la gravedad de su estado. Algunos medios tailandeses apuntan a que se encuentra en coma desde entonces, otros muerte cerebral, muchos tienen prohibido hablar de ella. La institución, silencio absoluto.
El último mensaje del Palacio Real sobre Bajrakitiyabha data del pasado 7 de diciembre, coincidiendo con el 45 cumpleaños de la primogénita del monarca. El organismo emitía un comunicado el 1 de diciembre invitando a los ciudadanos a firmar y ofrecer "buenos deseos" a la princesa con motivo de su nacimiento. Así, abrían una página web para que, todo aquel que quisiera, le deseara un feliz cumpleaños. Los días establecidos para ello eran el 6, 7 y 8.
Un día antes de la celebración, el Rey y la Reina, Suthida, donaron varios artículos de primera necesidad y suministros médicos a varias organizaciones benéficas e instituciones por el cumpleaños de la princesa.
Además, el Ministerio del Interior obligó a varias provincias del país a organizar diversas actividades como cantos de mantras budistas y ceremonias de entrega de limosnas para ofrecer méritos reales y "bendiciones a Su Majestad para que se recupere de su enfermedad y tenga buena salud pronto", según el ministro de Salud, Anuntin Charnvirakul. Funcionarios, policías, soldados y cientos de ciudadanos acudieron a templos budistas para rezar por la salud de la princesa.
Estos dos comunicados han sido los únicos datos que Casa Real ha emitido desde el pasado 8 de enero. En él, se confirmaba que la Princesa Bha -así se la conoce- seguía inconsciente y que los doctores que la atendían continuaban administrándole un tratamiento antibiótico. Fue entonces cuando afirmaron que fue una bacteria la que provocó su pérdida de conocimiento.
El periodista escocés Andrew MacGregor Marshall, experto en los conflictos de Asia y Medio Oriente, sostuvo a principios de este año, a través de X -antes Twitter- que Bajrakitiyabha tiene "muerte cerebral desde el 14 de diciembre y nunca se recuperará, pero no sé cuándo el palacio finalmente lo admitirá. Podrían ser semanas, meses o incluso años".
La discreción en torno a la vida de la princesa no es de extrañar. Son pocas las veces que se ha dejado ver y se han revelado detalles de su faceta más personal. Soltera y sin hijos, Bajrakitiyabha se diferencia de su progenitor -protagonista de varios escándalos- por su discreta vida.
Los datos que se conocen se refieren a su formación académica, sus labores sociales y sus trabajos. Es doctora en derecho por la Universidad estadounidense de Chicago y licenciada en relaciones internacionales. Fue embajadora de Tailandia en Austria entre 2012 y 2014 y, durante su trayectoria, ha ejercido varios cargos de representación del país en Naciones Unidas.