Nadie se esperaba la histórica decisión que ha anunciado este domingo, 31 de diciembre de 2023, la reina Margarita II de Dinamarca (83 años). Si bien es cierto que en las monarquías nórdicas no hay tradición de abdicar, la monarca viva con más tiempo de reinado ha decidido que será en enero de 2024 cuando su hijo mayor, Federico de Dinamarca (55), tome su relevo como Rey de los daneses.
Un inaudito paso al frente que ha sorprendido a propios y extraños este 31 de diciembre, a escasas horas de despedir el año 2023. "He decidido que ahora es el momento correcto. El 14 de enero de 2024, 52 años después de suceder a mi querido padre, dejaré de ser la reina de Dinamarca", ha manifestado Margarita. Esta abdicación llega en un momento convulso para la monarquía de Dinamarca.
No hay que olvidar que fue el pasado mes de noviembre cuando unas fotografías del heredero al trono danés paseando por las calles de Madrid, junto a una mujer que no era Mary Donaldson (51), zarandearon y menoscabaron la imagen de la Casa Real danesa como nunca. La familia de Margarita II, amén de la institución, se vio envuelta en uno de sus mayores escándalos y desprestigios.
De nada sirvió entonces que la Familia Real emitiera un comunicado ni que la propia Genoveva Casanova (47), la otra protagonista de esas instantáneas que dieron la vuelta al mundo, negara cualquier tipo de relación amorosa y sentimental: los titulares no cesaron durante días y semanas. No se hablaba de otra cosa en España y, sobre todo, en Dinamarca.
El desdoro fue mayúsculo para Federico de Dinamarca y la prensa rescató otras informaciones que dibujaban un perfil nada modélico para el futuro rey. 'El príncipe turbo'. Así se le conocía a Federico de Dinamarca en su época de juventud, y así vio cómo, años después, se le volvía a referir en los medios de comunicación.
En principio, este título se le acuñó por su afición a las motos y los coches. Pero la prensa danesa también se hizo eco de este apodo para reseñar algunas noticias de aquella etapa, marcada por los escándalos. Sea como fuere, este 31 de diciembre no cabe duda de que ha sido un día clave y crucial para los daneses y su Familia Real. Margarita II zanja, de forma contundente, toda polémica que envuelva a su hijo.
No sólo zanja, también protege a su primogénito convirtiéndolo en Rey y fortaleciendo así su matrimonio con Mary Donaldson. Margarita se salta, pues, la tradición de fallecer en el reino y emprende el último y el más grande de sus sacrificios en aras de la monarquía y la institución.
Polémico historial
Estas fotografías de Federico con Genoveva Casanova engrosan un historial que comenzó, precisamente, en la Nochevieja de 1992. Federico de Dinamarca fue detenido por la Policía de Copenhague junto a su novia de aquel entonces, la modelo Malou Aamund, que conducía en estado de embriaguez a gran velocidad y sin carné. El Príncipe ocupaba el asiento del copiloto y también iba bebido.
Aquello suscitó un escándalo entre los daneses y en la Corona, a tal punto de que la prensa y el parlamento buscaron su renuncia a sus derechos dinásticos. Pero nada de eso ocurrió. Casa Real emitió un comunicado disculpándose por el comportamiento del Príncipe y la Reina lo envió a estudiar a la Universidad de Harvard, en Boston.
Antes de Aamund, Federico de Dinamarca tuvo otras dos novias mediáticas. Su primer amor fue Mie Egmont. Pero aquello no fue más que un affaire de instituto. Más tarde llegó Nina Klinker Jorgensen, a quien el heredero conoció en la Universidad de Aarhus, donde él estudiaba Ciencias políticas y ella Derecho. Tampoco tuvieron una relación demasiado larga, porque la joven decidió enfocarse en su carrera de cine.
Fue Malou Aamund quien supuso un punto de inflexión en la historia y el currículum amoroso del heredero danés. Después de ella, en 1994, se enamoró de Katja Storkholm, una modelo de lencería con la que habría querido casarse tras dos años de relación, según se informó entonces. Un deseo que no pudo cumplirse porque la reina Margarita no estaba de acuerdo con aquella relación.
El futuro de Rey de Dinamarca volvió a probar suerte en el amor con la cantante de rock Maria Montell, con la que llegó a veranear en Mallorca. Federico, incluso, se la presentó al rey Juan Carlos (85), en un intento de demostrar que se trataba de un romance estable. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Su relación solo duró un año.
La mujer definitiva, que contó con el beneplácito de la reina Margarita, fue su esposa, Mary Donaldson (51). La conoció en el año 2000 mientras se llevaban a cabo los Juegos Olímpicos de Sídney. Sobre su primer encuentro existen dos versiones. La primera apunta que fue en un bar de copas.
La segunda dice que tuvo lugar en una cena formal en la que coincidieron con otros miembros de la realeza. Sea como fuere, el Príncipe danés y la plebeya australiana comenzaron una relación.
El amor de Federico y Mary
Su romance primero fue a distancia, mediante mails y llamadas de teléfono. Se supo que también hubo alguna escapada secreta de Federico a Australia, pero su primera imagen juntos no llegó hasta el año siguiente, en 2001. La relación estaba en pleno auge cuando en 2002 Mary decidió mudarse a Dinamarca.
El compromiso fue en octubre de 2003, mientras que el enlace tuvo lugar en la catedral de Copenhague el 14 de mayo 2004, un evento igual de significativo para los españoles, ya que se trató del primer acto oficial de Letizia con la realeza europea.
Tras casarse con Mary Donaldson, Federico de Dinamarca parecía dejar atrás aquel polémico historial amoroso. Pero lo cierto es que en sus 20 años de matrimonio han tenido que sortear alguna polémica que han puesto al heredero en el foco.
En 2007, una periodista aseguró que el futuro Rey había sido infiel con aquella modelo de lencería con la que estuvo a mediados de los 90, Katja Storkholm. Nueve años más tarde, en 2016, la revista danesa Her & Nu afirmó que Federico de Dinamarca había estado con una prostituta de lujo anónima que decía haberse acostado con el heredero al trono a cambio de 50.000 coronas (unos 7.000 euros).