No se prevé una coronación formal, pero el mismo día en el que se oficialice la abdicación de Margarita II (83 años), su hijo Federico (55) se convertirá en el Rey de los daneses. El próximo 14 de enero, Dinamarca cambiará de monarca después de 52 años tal y como anunció la actual soberana en su discurso de Año Nuevo.
La decisión de la reina Margarita implica una logística que afecta directamente al inminente monarca, quien desde ese día adoptará el nombre de Federico X. También a su mujer, Mary Donaldson (51), que pasará a convertirse en Reina. Un acontecimiento histórico para el que sólo faltan 10 días.
Empieza la cuenta atrás y la Casa Real danesa ya explica públicamente lo que supone este cambio. Hasta ahora, en Dinamarca, la sucesión al trono se había producido tras la muerte del regente. Así ocurrió en 1972 cuando Margarita se convirtió en Reina. La próxima sucesión, sin embargo, será diferente.
"El cambio de trono sólo se producirá durante la reunión del Consejo de Estado en el momento en que la Reina haya firmado una declaración de abdicación", explica la Casa Real desde sus canales de comunicación. Federico "llegará al Palacio de Christiansborg como príncipe heredero y partirá como Rey". En consecuencia, Mary Donaldson "llegará como princesa heredera y saldrá como Reina", añaden.
La monarquía danesa también pone el foco en el nuevo rol del primogénito de los próximos monarcas, Christian (18), quien ocupará el primer lugar en la línea de sucesión. "Tras el cambio de trono, el nuevo regente asumirá todas las funciones que, según la Constitución, corresponden al Jefe de Estado", aclara el equipo de comunicación de la Familia Real danesa.
Aunque la Casa Real todavía no lo especifica, los medios locales también resaltan un asunto al que debe prestar atención Federico previo a los días de su ascenso. Se trata de una especie de lema que establecerá la forma en la que conducirá su reinado. El de Margarita II está cargado de simbolismo y religión: "La ayuda de Dios, el amor del pueblo, la fuerza de Dinamarca". Se trata de una tradición de al menos 500 años que expresa los valores que defiende el monarca.
El cambio de trono también dará un giro a la gestión de la Casa Real. Habrá nuevo Jefe de la Corte y nuevo maestro de ceremonia. Además, dimitirá el secretario del Gabinete, puesto que no se volverá a cubrir y cuyas funciones serán desempeñadas por el mariscal del tribunal.
El historiador Michael Brengsbro ha asegurado al periódico local BT que el futuro Rey "necesitará muy buenos consejos". Aunque lleva años preparándose para su inminente rol, "es otra cosa cuando de repente tienes la Corona".
Los nuevos consejeros de Federico, aseguran los expertos consultados por la prensa local, deberán poner especial atención en la relación del futuro Rey con los medios de comunicación. Este, de hecho, sería uno de los grandes retos a los que se enfrentaría el próximo monarca. "Debe estar siempre preparado para hablar con ellos y aceptar entrevistas", opina el mencionado historiador. A este desafío, al menos a priori, se suman otros dos.
Federico de Dinamarca, conocido como 'el príncipe turbo' en su época de juventud, deberá velar por su reputación y volver a ganarse la estima de muchos daneses que le han dado la espalda después de que salieran a la luz unas imágenes en las que se le veía disfrutar de un paseo junto a Genoveva Casanova (47) en Madrid, las cuales dieron la vuelta al mundo y según algunas teorías habrían propiciado la decisión de la reina Margarita.
La relación con su hermano, Joaquín (54), que en muchas ocasiones también ha copado titulares, será otro desafío para Federico. Aunque el futuro Rey ha declarado públicamente que no hay diferencias entre ellos, bien se conoce que hay una profunda brecha entre los dos desde hace años.
La enemistad entre los dos príncipes vendría marcada por sus roles institucionales. Joaquín parece no aceptar el papel de segundón que le ha tocado por orden dinástico, como él mismo confesó en unas declaraciones concedidas a la revista Point de Vue hace unos años, utilizando precisamente ese término para referirse a su situación.
"Es más complicado para mí. El príncipe heredero simplemente tiene que seguir el curso de los acontecimientos. Pero nada está definido para el segundo y la esposa de esta persona, ni por escrito ni en forma oral. No siempre es fácil. Tenemos que averiguarlo por nosotros mismos mientras nos mantenemos en el papel de número dos", aseguró desde la que fuera su casa de la capital francesa. En 2020, Joaquín y Marie (47) se instalaron fuera de su país y él comenzó a trabajar como secretario del Ministerio de Defensa danés en París. Pero desde el pasado septiembre desempeña el mismo cargo en la Embajada de Dinamarca en Washington, es decir, a 6.500 metros de distancia de la Familia Real.
Aunque la segunda mudanza de Joaquín era, aparentemente, por motivos profesionales, se produjo ocho meses después de que la reina Margarita despojara a sus cuatro hijos de sus títulos de príncipes y princesa. Uno de los últimos escándalos que protagonizó la actual monarca y que generó malestar y división entre los hermanos, pues Federico apoyó rotundamente a la soberana.