Dinamarca está a punto de vivir un día histórico. Este próximo domingo, 14 de enero, la reina Margarita (83 años) dejará el trono después de 52 años, cediendo el testigo a su primogénito. Federico X (55) será el nuevo Rey de los daneses.
La suya no será una coronación como la que tuvo Carlos III de Inglaterra (75) el 6 de mayo de 2023. El ascenso al trono de Federico de Dinamarca se parecerá más al de Felipe VI (55) en 2014 tras la abdicación de Juan Carlos I (86).
A las 14:00 horas, Margarita II, Federico -todavía Príncipe- y su hijo Christian (18) -que oficialmente pasará a ser el heredero- se reunirán con el Gobierno y el secretario del gabinete en el Consejo de Estado.
El cambio de trono se producirá en el momento en el que la Reina firme su declaración de abdicación. Una hora más tarde, el nuevo monarca saldrá al balcón del Castillo de Christiansborg y la primera ministra, Mette Frederiksen, proclamará su ascenso. "Larga vida al rey Federico X", se le escuchará decir a la política. Inmediatamente después, el soberano tomará la palabra y pronunciará el lema que regirá su reinado.
Será una ceremonia rápida, alejada de todo tipo de opulencias. No resulta extraño pues los actos de coronación no suelen ser habituales en las monarquías parlamentarias -a excepción de Reino Unido por su vinculación con la religión-.
La polémica de Federico
Pero en cualquier caso, el momento que atraviesa la Corona danesa tampoco amerita un acto fastuoso. En Dinamarca se vive una tensa calma tras intensas semanas en las que Federico fue el protagonista de la prensa por su inesperada cita con Genoveva Casanova (47) en Madrid.
Aquello suscitó un fuerte malestar entre los daneses, que no vieron con bueno ojos dicha reunión secreta. Fueron muchos los que tildaron al hijo mayor de Margarita II de "irresponsable", considerando que el inminente soberano había cometido una falta "muy grave" que ponía en riesgo su integridad.
Ahora que se convertirá en Rey, parece que las polémicas han quedado en un segundo plano. Sin embargo, no deja de ser una crisis reputacional que Federico X deberá atender nada más ascender al trono. Conocido como 'el príncipe turbo' en su época de juventud, el primogénito de Margarita II deberá volver a ganarse la estima de los ciudadanos
Recuperar la confianza siendo el Rey de los daneses, según apuntan algunas teorías, habría sido una de las estrategias que meditó la reina Margarita y que la llevó a abdicar antes de lo previsto. A pesar de la edad y de la dura operación de espalda a la que se sometió a comienzos de 2023, casi nadie esperaba la renuncia de Su Majestad.
Que sea cierto o no sigue siendo un misterio. Lo que sí es un hecho es que el nombre de Genoveva Casanova se pronuncia cada vez menos y que desde el 31 de diciembre, cuando Margarita II anunció su abdicación en su tradicional discurso de Año Nuevo, las noticias sobre Federico de Dinamarca se han centrado en su ascenso al trono.
Los medios, no obstante, sí ponen el foco en la ausencia de Marie (51), mujer del príncipe Joaquín (54), en la proclamación de Federico. La Casa Real danesa ha confirmado que solo viajará a Copenhague el hijo menor de la reina Margarita. La decisión se justifica en que será un acto discreto que no requiere de la presencia de toda la familia. Pero para nadie es un secreto la marcada distancia que hay entre los hermanos y la rivalidad entre sus esposas. Otra crisis que salpica al reinado del próximo soberano.
Aunque el futuro Rey ha declarado públicamente que no hay diferencia alguna con su hermano, bien se conoce que entre ellos hay una profunda brecha desde hace muchos años. Su enemistad vendría marcada por sus roles institucionales, ya que Joaquín parece no aceptar el papel de segundón que le ha tocado por orden dinástico. La 'guerra' habría cobrado más fuerza desde que Margarita despojó a los cuatro hijos de Joaquín de sus títulos de príncipes y princesa, una polémica decisión que recibió el respaldo de Federico.
Desde 2020, Joaquín vive fuera de Dinamarca. Primero se trasladó a París, trabajando como secretario del Ministerio de Defensa danés, y desde el pasado septiembre desempeña el mismo cargo en la Embajada de Dinamarca en Washington.
Vivir en el exilio lo ha llevado a tener un papel institucional menor, pero ahora, con la inminente proclamación de Federico, algunos daneses barajan la opción de un cambio. Se ha planteado la posibilidad de que el nuevo Rey propicie el regreso de Joaquín a Dinamarca, aumentando su protagonismo en la agenda de la Casa Real y teniendo una función similar a la que ha desempeñado la princesa Benedicta, hermana de Margarita II. Las esperanzas son escasas, pero está sobre la mesa el tema de que el nuevo Rey reorganice la institución y quiera apoyarse en su hermano para representación de la jefatura del Estado.