Víctor Manuel de Saboya, hijo de Umberto II, último rey de Italia, ha fallecido este sábado, 3 de febrero, a los 86 años. El próximo día 12 habría celebrado su 87 cumpleaños.
"A las 7:05 de esta mañana, 3 de febrero de 2024, falleció en Ginebra y con serenidad Su Alteza Real Víctor Manuel, duque de Saboya y Príncipe de Nápoles. El lugar y la fecha del funeral se comunicarán lo antes posible", indica la nota difundida por la casa nobiliaria que reinó en Italia desde el nacimiento de ésta, en 1861, hasta 1946 (y también brevemente en España, entre 1871 y 1873, con Amadeo I).
Conocido como el príncipe que nunca reinó, Víctor Manuel de Saboya vivió en el exilio casi toda su vida. Era el jefe de la extinta Casa Real italiana, heredero de los derechos dinásticos del último monarca, Humberto II, y primo del emérito Juan Carlos I (86).
El italiano vivió su infancia en el exilio tras la abolición de la monarquía 33 días después de que su padre, Humberto II, comenzara a reinar. La extinta Familia Real italiana puso rumbo a Portugal y más tarde a Suiza.
En 1970 se casó en Las Vegas con Marina Ricolfi-Doria (88), una mujer de la alta sociedad suiza y excampeona de esquí acuático. Un año después formalizaron el matrimonio en Teherán por el rito católico y más tarde se convirtieron en padres de su único hijo, Manuel Filiberto (51).
Tras la muerte de su padre, Víctor Manuel reclamó al Gobierno reconsiderar la Constitución de la República Italiana, que prohibía la entrada a Italia de los descendientes masculinos del último Rey. Sin embargo, no pudo regresar a su país hasta el año 2002, tras casi seis décadas en el exilio y después de que el papa Juan Pablo II ejerciera su influencia sobre el Parlamento.
Su vida, al margen de la disputa que enfrentó por el regreso de la monarquía en Italia, estuvo marcada por los escándalos. Fue en agosto de 1978 cuando en la Isla Caballo (Córcega) se produjo un tiroteo tras el robo de un zódiac de una embarcación de su propiedad. Víctor Manuel salió en su defensa disparando dos tiros de fusil a los culpables e hiriendo mortalmente a Dirk Hammer. Casi una década después fue juzgado por ello y en 1991, tras 13 años de batalla legal, fue absuelto de algunos cargos.
Este episodio, precisamente, dio origen a la serie de Netflix El príncipe que nunca reinó, dirigida por Beatrice Borromeo (38). En su día, siendo periodista de Il Fatto Quotidiano, la mujer de Pierre Casiraghi (36) publicó un vídeo en el que el heredero italiano confesaba que había engañado al tribunal que lo había absuelto por la muerte de Dirk Hammer. Entonces Víctor Manuel de Saboya dijo que el clip estaba manipulado, mientras que su hijo, Manuel Filiberto, demandó al periódico y a la royal, a quienes la justicia dio la razón.
Otra de sus polémicas más recordadas tuvo lugar en Madrid, antes de la boda de Felipe VI (56) y Letizia (51), celebrada en 2004. En una cena ofrecida por Juan Carlos I con motivo del enlace, el apodado como eterno heredero protagonizó una pelea a golpes con su primo Amadeo de Aosta, también pretendiente al inexistente trono italiano.
En Italia, Víctor Manuel de Saboya fue protagonista de otros tantos escándalos, relacionados con corrupción, tráfico ilegal de divisas, falsedad en documentos públicos y favorecimiento de la prostitución.
En Ginebra mantuvo un perfil más discreto, aunque su villa en Versenaz, a las afueras de la ciudad y célebre por su peculiar aspecto arquitectónico que simulaba ruinas clásicas, se convirtió en escenario de fiestas a las que asistían las celebridades. Entre ellas el rockero francés Johnny Halliday. El año pasado vendió la mansión y se mudó con su mujer a los Alpes suizos.
En los últimos años mantuvo una vida discreta y fueron escasas las veces que se le vio públicamente. Víctor Manuel de Saboya era un asiduo de las pistas de esquí en exclusivas estaciones, como Gstaad.