El príncipe Guillermo (41 años) está viviendo uno de los peores momentos de su vida. Aunque desde joven ha tenido que hacer frente a los azotes que le ha asestado el destino, el heredero al trono británico se enfrenta ahora a una situación indeseable.
Es un hecho que no está siendo un año fácil ni para él ni para el resto de su familia, pero tras hacerse público el diagnóstico de cáncer de Kate Middleton (42), los focos se centran en Guillermo y el papel que ha estado ejerciendo todo este tiempo conociendo la enfermedad que padecía su esposa.
Además de tener que asumir el cáncer de su esposa, la princesa de Gales, el primogénito de Carlos III (75) y Lady Di tiene que apoyar a su padre durante su enfermedad. Y lo va a hacer solo, ya que su situación familiar le mantiene alejado de su hermano, Harry (39), y sin su madre presente.
1. El cáncer de Kate y Carlos
2024 no está siendo un año fácil para la Familia Real británica. Además de los problemas de salud de algunos de sus miembros, también tienen que hacer frente a los comentarios, especulaciones y fake news que llegan de todas las partes del mundo. Desde que se hicieron públicas las respectivas bajas de Carlos III y Kate, que ahora se conocen que son por el mismo motivo, fueron la reina Camila (76) y el príncipe Guillermo los que se hicieron con el control de la agenda real. No sin polémica.
Por el momento, se desconoce qué tipo de cáncer tienen tanto el monarca como la Princesa. Pero, tal y como han informado, en ambos casos fue descubierto tras las operaciones a las que se sometieron el 26 y el 16 de enero, respectivamente. Lo que sí que han contado es que ya están recibiendo tratamiento para superar la enfermedad. Es un momento complicado para la Familia Real, que tiene que ver como dos de sus pesos pesados se enfrentan a una de las situaciones más adversas. Ahora es el príncipe Guillermo quien tiene todo el peso de la Corona sobre sus hombros.
Aunque lleva toda la vida preparándose para este puesto, los sucesos se han desencadenado de una manera inesperada desde la muerte de Isabel II, el 8 de septiembre de 2022. Ha pasado de ser el segundo en la línea de sucesión al trono británico, a tener que sustituir a su padre en la mayor parte de los compromisos oficiales y, por tanto, ejercer como Rey. Cuenta con el apoyo del resto de Windsor, que también se están volcando con la reina y el príncipe, pero le faltan dos de los apoyos más importantes de su vida: el de su hermano y su madre.
2. Enfrentado con su hermano
Separados por miles de kilómetros de distancia, la relación entre Guillermo y Harry es completamente inexistente. Así se han encargado de demostrarlo en cada uno de los pasos dados estos últimos años. El detonante fue la muerte de la reina y la publicación de las explosivas memorias del duque de Sussex en las que contaba su verdad y dónde no dejaba bien parado a su hermano mayor.
En la última visita de Harry al Reino Unido, un día después de conocerse el cáncer que padecía su padre, no sacaron tiempo para verse y reencontrarse en un momento tan difícil para la familia. La última vez que coincidieron fue en la coronación del monarca, en la que estuvieron separados y ocuparon roles muy diferentes. Una vez terminado el acto principal, abandonó Londres en un avión privado.
En sus primeros años de vida, Guillermo y Harry eran inseparables. Compartían miedos, inseguridades y la persecución de la prensa. Estrecharon su relación con el divorcio de sus padres, pero al final el tiempo terminó por separarles.
El pequeño de la familia acusó al heredero al trono de haberle agredido en 2019 durante una pelea y que terminó en el suelo. Todo ello después de que, siempre según su versión, llamase a Meghan Markle "difícil", "grosera" e incluso "abrasiva".
Uno de los motivos principales de esta separación es la diferencia de trato que había entre ambos: uno un día sería el Rey, el otro siempre sería el segundón. Las posturas parecen irreconciliables. Ni siquiera ahora, en el momento más complicado para todos, han conseguido que esos lazos vuelvan a unirse.
3. La trágica muerte de Diana
El matrimonio formado por Carlos III y Diana de Gales regaló muy buenos momentos para la Corona británica. Sin embargo, los problemas, las infidelidades y las acusaciones acabaron con su relación y dejaron una mala imagen del entonces príncipe de Gales. Durante el proceso de divorcio, ambos utilizaron a sus hijos como peones para jugar a lo que cada uno de ellos quería.
Todo cambiaría la trágica noche del 31 de agosto de 1997. Lady Di y su entonces pareja, Dodi Al-Fayed, sufrieron un accidente mortal en París mientras eran perseguidos por los paparazis. Nada se pudo hacer por sus vidas. La noticia paralizó a todos y afectó, en especial, a sus dos hijos, que tuvieron que hacer frente a la pérdida de su madre cuando eran sólo unos niños.
Los focos no tardaron en apuntar a su exmarido. Muchos culparon al ahora monarca de la muerte de Diana. Todo ello mientras sus hijos se hacían eco de todas estas especulaciones que les llevaron, incluso, a odiar a su progenitor. Aunque han pasado más de 25 años de su fallecimiento, la figura de la princesa sigue muy presente en la vida del príncipe Guillermo y su legado y recuerdo está más vivo que nunca.