La relación entre el rey Carlos III de Inglaterra (75) y su hermano Andrés de York (64) no está atravesando un buen momento. En realidad, hace años que está tocada y gravemente dañada. En concreto, desde que estalló uno de los mayores escándalos que ha azotado a la Corona británica: la estrecha relación que existió entre el duque de York y el financiero estadounidense Jeffrey Epstein.
No obstante, según relata este sábado, 1 de junio, The Times la tensión entre ambos hermanos sería máxima. En 2022, recuerda el citado medio, Carlos III se reunió en Birkhall con su hermano y le comunicó que sus deberes reales habían terminado para siempre. Andrés, a raíz del desagradable escándalo de los abusos sexuales de Epstein, debía vivir apartado del foco público.
Ahí no se detuvo la depuración que emprendió Carlos III. El marido de Camila (75) pidió a su hermano que abandonase la residencia en la que vive desde 2004 junto a Sarah Ferguson (64), Royal Lodge. La intención del Rey era que su hermano se mudara a Frogmore Cottage, el que fue hogar de los duques de Sussex, Harry (39) y Meghan (42), hasta que decidieron vivir en Estados Unidos.
No obstante, Andrés nunca quiso irse. Se aduce, en algunas crónicas, que su negativa ha tenido que ver con que esta casa es más pequeña y humilde que la que sigue ocupando en la actualidad. Es decir, el duque nunca abandonó el inmueble, como le conminó su hermano. Una negativa, la de mudarse, que está enfadando sobremanera a Carlos III.
El padre de Guillermo de Inglaterra (41) estaría agotando su paciencia con esta cuestión y le habría dado el ultimátum de irse de una vez por todas. No entendería el Rey cómo su hermano muestra esa postura tan acérrima, cuando, además, el propio monarca se habría ofrecido a ayudar económicamente a Andrés en alguna ocasión.
Ahora, un amigo del sucesor de Isabel II ha hablado para The Times, y sostiene: "Desafortunadamente, si Andrés se niega a irse dentro de un plazo razonable, el Rey podría verse obligado a reevaluar todo el paquete de apoyo que le proporciona y el duque se vería obligado a financiar la mayor parte del dinero de su propia seguridad, alojamiento y estilo de vida, algo que, dadas las sumas involucradas, es muy poco probable que sea posible a largo plazo".
Añade el informante: "Todo el mundo es consciente de su bienestar y se preocupan por sus mejores intereses, pero la paciencia y la tolerancia tienen límites. (...) La amabilidad del Rey no es ilimitada y hay una muy buena opción para que Andrés se mude a Frogmore Cottage, que también tiene el beneficio de estar dentro el cordón de seguridad del Castillo de Windsor, reduciendo así la necesidad de seguridad alternativa las 24 horas para el Royal Lodge".
Quien bien lo sabe apostilla: "Está tardando -Andrés- más de lo deseable en reconocer la realidad de la situación, aunque claramente es el curso de acción más sensato. Si no acepta mudarse a una propiedad que se adapte mejor a sus necesidades, entonces el Rey tendrá que reconsiderar los niveles de apoyo que está dispuesto a brindar".
En esa línea, Daily Mail amplía la información y desliza que cuando Andrés firmó el contrato de arrendamiento para vivir en Royal Lodge, lo hizo por 75 años y con el acuerdo de pagar 300 euros a la semana. No sólo esto, también se habría comprometido a cuidar el mantenimiento del inmueble. Una suerte de trabajos de reparación que, según el último medio, se cree que aún el duque no ha realizado.
Un amigo de Andrés de York defiende al duque y señala: "Los hechos siguen siendo los hechos. Tiene un contrato de arrendamiento a largo plazo en Royal Lodge. La familia ha vivido allí durante más de 20 años y todavía le quedan 50 años más de arrendamiento. Está en perfecto estado porque gastaron la mayor parte de la venta de su casa anterior -Sunninghill Park- renovándola de arriba a abajo, ahorrando así cualquier retiro del erario público o de las finanzas privadas de la Familia Real".
Otro conocido que visitó Royal Lodge remacha: "Es realmente bastante triste. Andrés no irá a ninguna parte. Ha tenido una suspensión de la ejecución debido a las enfermedades de Sarah y del Rey y tiene la esperanza de que Carlos no quiera ser visto como vengativo al expulsarlo".