Hace ocho días, Felipe VI (56 años) y la infanta Cristina protagonizaron una impactante imagen que no tardó en hacerse viral. Coincidieron en el mismo acto, pero entre ellos no hubo ningún gesto de cercanía. Por protocolo no se sentaron juntos, pero tampoco quedó constancia de un saludo entre ambos. Ni hablaron ni se miraron. Durante la entrega de las becas de la Fundación La Caixa, los hermanos se trataron como dos extraños, confirmando que su relación sigue siendo tensa y fría.

Con este panorama, la infanta Cristina llega a sus 59 años. El fin de una década convulsa, marcada por los escándalos y las grietas familiares. No sólo por su separación con Iñaki Urdangarin (56). También por la distante relación con su hermano. Al menos, ante la mirada pública. 

Durante su reinado, tal y como prometió en su proclamación, Felipe VI ha velado por una monarquía renovada y transparente. El Rey ha sabido anteponer la Corona y no dejarse llevar por los sentimientos y vínculos familiares. No en vano, una de las primeras decisiones que tomó como soberano fue revocarle a su hermana el título de duquesa de Palma.

La infanta Cristina y Felipe VI en una imagen de archivo. Gtres

Entonces, la infanta Cristina estaba imputada por delitos fiscales en el caso Nóos y ya se encontraba apartada de toda actividad institucional. Sin embargo, tanto ella como su exmarido, Iñaki Urdangarin, mantenían su título de duques de Palma. 

La decisión de Felipe VI se anunció mediante un comunicado escueto que no detallaba los motivos. No obstante, eran más que evidente. Pilar Eyre recuerda en su último blog publicado en Lecturas que en su momento se filtró que el monarca había intentado que su hermana renunciara al ducado voluntariamente. Como no fue así, el Rey -indica la periodista que por consejos de sus abogados- se vio obligado a tomar acciones. 

Entonces, la Infanta acababa de estrenar década. La más dura en su historia. Si bien el escándalo del caso Nóos explotó en la mitad de sus 40, ha sido en los 50 cuando Cristina ha tenido que hacer frente a sus batallas más complicadas: el disgusto de su hermano, mantener una rutina con absoluta discreción, aislarse en Ginebra, visitar a Iñaki Urdangarin en la cárcel y, más recientemente, poner fin a su matrimonio con el exdeportista dos años después de que trascendieran sus románticas imágenes de la mano de su actual pareja, Ainhoa Armentia. 

Muchas de estas circunstancias las ha ido superando y ya son cosas del pasado. Pero la relación con Felipe VI, de cara a la mirada pública, sigue siendo fría. Aunque se ha hecho viral su distanciada imagen en el acto de la Fundación La Caixa, el Rey y la infanta Cristina han coincidido en otros compromisos protocolarios y familiares que, de momento, no han dejado una estampa que confirme una buena sintonía

Los Eméritos junto a sus hijos y nietos. Imagen del 80 cumpleaños de la reina Sofía. Gtres

La relación podría ser cordial, teniendo en cuenta que Cristina, como el resto de la familia, fue invitada a la celebración de la mayoría de edad de Leonor (18), que tuvo lugar en El Pardo el pasado octubre. Dos meses después fue la infanta Elena quien reunió a los suyos en un restaurante de Madrid con motivo de sus 60 años. No faltó ninguno de sus hermanos, pero una vez más, Felipe VI no quiso propiciar una estampa pública con la hija mediana de los Eméritos. El monarca abandonó el local junto a la reina Letizia (51) poco antes de que lo hiciera el resto de la familia. 

Respecto al compromiso institucional que tuvo lugar la pasada semana, Cristina acudió a la ceremonia como directora del área internacional de la Fundación La Caixa la Caixa. Era la primera vez que se le veía entre el público en este acto anual que ya es habitual en la agenda de Felipe VI. El Rey presidió la entrega de becas pronunció un discurso que su hermana siguió como una más. 

Tras bajar del escenario, el soberano ocupó su lugar en la primera fila. La infanta Cristina, por su parte, estaba ubicada a pocos metros, pero en la segunda fila del recinto. Una vez terminado el acto, se mantuvo la distancia.