El pasado domingo, 14 de julio, Kate Middleton (42 años) reapareció públicamente en una de sus grandes citas anuales. La Princesa de Gales acudió a la final masculina de Wimbledon sin el príncipe Guillermo (42) -que horas más tarde asistió a la final de la Eurocopa en Berlín-, pero con dos compañeras muy especiales: su hija, Charlotte (9), y su hermana, Pippa (40).
Como no podía ser de otra manera, Kate Middleton fue quien acaparó el foco mediático. No obstante, la compañía de Pippa no pasó desapercibida y también se convirtió en noticia. Aunque no se habló de ello de forma oficial, ejerció de 'sustituta' de su cuñado, que el año pasado sí estuvo presente en Wimbledon arropando a su mujer. Se sentó en el Royal Box al lado de su sobrina Charlotte y se mostró especialmente emocionada y orgullosa cuando recibieron a su hermana con una gran ovación.
El gesto de acompañar a la futura Reina consorte en uno de sus compromisos favoritos confirmó que en este momento tan convulso para la monarquía británica, los Príncipes de Gales se apoyan en la familia de Kate. Tanto en lo personal como en lo institucional.
Aunque en los últimos tiempo han ocupado un lugar destacado en determinados actos de la Casa Real, como en la coronación de Carlos III, el regreso de los Middleton a la vida pública, por el contexto en el que se produce, tiene un significado especial y mayor repercusión que nunca.
Los Middleton han dado un paso al frente y están teniendo mayor proyección mediática. En el último mes, mientras Kate sigue su tratamiento contra el cáncer, se les ha visto en varios actos institucionales o en otros que no son de carácter royal, pero a los que están muy ligados Windsor, como el campeonato de Wimbledon.
Pippa lo hizo el pasado domingo junto a su hermana, mientras que sus padres, Michael (75) y Carole (69), acudieron al torneo el 4 de julio. Ambos se situaron el palco y, además de atender a cada jugada, se mostraron cómplices y sonrientes. Un gesto tranquilizador para quienes siguen de cerca la evolución de la Princesa de Gales.
Era la segunda vez, en un periodo de 15 días, que aparecían públicamente los suegros de Guillermo. Y es que el 19 de junio, tanto Michael como Carole se unieron a los Windsor en los actos de Ascot, una cita marcada en la agenda anual de Corona británica. Entonces se mostraron muy cómplices y cercanos con su yerno, pero también con el resto de la familia. Se les vio charlar con Beatriz (35) y Eugenia de York (34) y compartir palco con Sarah Ferguson (64).
Al igual que en Wimbledon, su actitud generó tranquilidad en medio del momento más difícil de su hija Kate. Hasta ese día, la Princesa sólo había reaparecido en una ocasión desde que comunicó su cáncer y todavía no había confirmación de su asistencia a la final masculina de Wimbledon.
Si bien es cierto que se han mantenido discretos respecto a la salud de Kate, el regreso de los Middleton a la vida social ha generado tranquilidad respecto a la evolución de la Princesa, que el pasado 22 de marzo, en un vídeo difundido en los canales oficiales de Kensington Palace, comunicó que padece cáncer.
En todo este tiempo, Kate Middleton ha recibido el cariño y apoyo de su marido, Guillermo, de sus tres hijos y de los Windsor al completo. De igual forma, se refugia en el cariño de sus padres y hermanos, que también son un férreo soporte para el Príncipe de Gales.