El sultán de Johor, Ibrahim Iskandar (65 años), ha sido investido este sábado, 20 de julio, como el decimoséptimo Rey de Malasia, posición rotatoria que ostentará durante los próximos cinco años. El acto ha tenido lugar en una fastuosa ceremonia en el Palacio Nacional de Kuala Lumpur.

Iskandar ha subido al trono en un acto ante el primer ministro malayo, Anwar Ibrahim (76), y 700 invitados, incluidos los otros sultanes del país, los cuatro gobernadores de los estados malayos sin Familia Real y representantes de naciones extranjeras.

En la entrada al Palacio, los Reyes han sido recibidos con una salva de cañón y el himno nacional interpretado por el destacamento musical del Ejército. El monarca, acompañado de la reina consorte, Raja Zarith Sofiah (64), ha vestido el atuendo tradicional de la realeza de su sultanato, denominado Muskat y que se compone de pantalón y chaqueta negra. Además, el Tengkolok Diraja, el tocado oficial durante la coronación elaborado con seda y atada en forma de lazo. La Reina, escritora y graduada en Oxford, ha lucido un Kurung dorado, un traje tradicional de Johor, su región de origen.

Los reyes de Malasia durante la ceremonia de investidura. EFE

Una vez dentro del Palacio, el gran chambelán ha inaugurado la ceremonia. Tras él, el primer ministro malayo, Anwar Ibrahim, ha leído una carta oficial con la que ha otorgado el ascenso. "Crea una nueva página en la historia y realza la dignidad del país", ha enfatizado. 

El monarca también ha pronunciado un discurso, como símbolo de su compromiso con el pueblo. Tras ello, se han escuchado vítores de "daulat tuanku", que se traduce como "larga vida a Su Majestad". Esta misma frase, de hecho, la ha utilizado el primer ministro en sus redes sociales. 

"¡Larga vida al Rey!", ha escrito Anwar en X (antiguo Twitter) para felicitar al nuevo monarca, que reina desde su proclamación el pasado 31 de enero. Mientras tanto, las redes oficiales de los Reyes de Malasia, han dejado imágenes memorables del acto. 

Fue en octubre del año pasado, cuando los nueve sultanes del país decidieron durante un cónclave del Consejo de Gobernantes que el soberano de Johor fuera el siguiente en subir al trono, convirtiéndose en el segundo gobernante del estado sureño, cuatro décadas después de que su difunto padre, el sultán Mahmud Iskandar, se convirtiera en Rey entre 1984 a 1989.

Conocido por su gran colección de vehículos, el multimillonario sultán Ibrahim se deja ver en las redes sociales con deportivos Ferrari y conduciendo motocicletas de alta gama. En lo personal, se ha hecho popular por su franqueza y su personalidad a la hora de tratar de influir en asuntos políticos.

Es uno de los sultanes más ricos de Malasia. Sus inversiones privadas van desde explotaciones mineras, equipos de fútbol y grandes proyectos de viviendas.

Cabe recordar que el sistema real de Malasia es único en el mundo. Es rotatorio y los sultanes se suceden en el trono cada cinco años. El Rey es visto por los musulmanes del país, que representan el 60% de los alrededor de 31 millones de habitantes, como el patriarca de la etnia malaya, y referente para las minorías chinas, indias y aborígenes.

Aunque su rol es ceremonial, ocupa un papel cada vez más central debido a la tumultuosa escena política de Malasia, con Anwar como el quinto primer ministro en menos de cinco años, tras una crisis política de más de dos años.

El Rey de Malasia, además, tiene el poder discrecional de nombrar a un primer ministro que considere que tiene el apoyo de la mayoría de los diputados.